miércoles, 10 de septiembre de 2014

"TE LA VOY A CONSEGUIR DE AGENTE DE TRÁNSITO"

Cuando cursaba Quinto de Primaria (1949-1950) la Secretaría de Educación Pública convocó un concurso estatal de aprovechamiento escolar. Se competiría localmente y luego por zona, para que los finalistas de éstas fases contendieran en Guadalajara por los tres primeros lugares.
El marco de participación sería conforme al avance del programa de estudios para dicho año lectivo. Estábamos a principios o mediados de marzo. No obstante dicho acotamiento, le sugerí a mi directora María Felícitas Sánchez Ramírez, que me dejara estudiar y apoyara en su caso, hasta el final del programa, argumentándome que no era necesario porque las bases estaban muy claras, y me hizo releerlas con ella.  
Las pruebas de las etapas local, contra las escuelas en Atotonilco, y de zona, con cabecera en Ocotlán, las pasé sin error alguno. Al llegar a Guadalajara, me felicitaban y daban todos como amplío favorito.
Iba como pez en el agua con mis contestaciones, hasta que en la parte final aparecieron preguntas fuera del marco establecido. Contesté por intuición, pero obviamente algunas de manera equivocada.
En el fallo no fui nombrado. Buscó la maestra Felícitas al inspector correspondiente de zona, que apareció un buen rato después con manifiesto aliento alcohólico. Deambuló, según dijo, en varias instancias, indagando que había obtenido el honroso cuarto lugar, con muy poca diferencia de los tres premiados; que nos iban a facilitar las pruebas contestadas correspondientes, y demás aclaraciones; lo que nunca sucedió. Le agregué al debe de la cuenta del sector oficial, el segundo cargo importante (después del caso de Un Sobrante de Dinero)
De regreso a Atotonilco, a lo que me rehusaba, me llevó mi directora con el Presidente Municipal, Dr. Rafael Velázquez Arias. Después de explicarle lo del concurso, y de su “qué barbaridad” ofreció hacer en la presidencia un evento en mi honor, para premiar mi participación y, “¡te la voy a conseguir de agente de tránsito! (¡a mis 14 años!) en Guadalajara están reclutando candidatos para este cargo”
Al manifestarle que esa no era una de mis aspiraciones, quedó pendiente el evento, mismo que jamás se celebró. Y al debe del balance con el gobierno, le agregué otro desengaño.     
A este doctor al tiempo, como funcionario de Banamex, lo fui a ver en su consultorio médico de Guadalajara, a donde se había trasladado, por la calle de Liceo, cerca del Mercado Alcalde en el centro. Se hizo un rato el olvidadizo, hasta que al recordarle los pormenores  de Atotonilco,  remisamente cayó en cuenta, sin que manifestara reacción alguna.