viernes, 16 de diciembre de 2016

VARIANTES ALREDEDOR DEL LIBRO

La palabra libro viene de líber, conjunto de tejidos o películas interiores de algunas plantas, principalmente del papiro (de donde viene: papel), que se usó en la antigüedad para escribir. 
Si usted tiene en sus manos un libro cuyas medidas oscilan entre los 9 a 11 centímetros de ancho y 14 a 18 de alto, con cubiertas o tapas flexibles, o a la rústica,  hojas de papel no costoso y su precio es más bajo, se trata de un libro de bolsillo.
Entre las colecciones famosas en este formato, en lengua española, se encuentran, la precisamente llamada El libro de Bolsillo, de Alianza Editorial, española, considerada la pionera en el género, y la Colección Austral, argentina, de Editorial Espasa Calpe. Ambas han rebasado los 1500 títulos, aunque desafortunadamente han entrado en un receso sorprendente en los últimos años. Otra colección de bolsillo importante es la Popular del  Fondo de Cultura Económica, en México.
Si el libro es de unos 13 a 17 por 20 a 23 cms., se trata del clásico formato en octavo, o sea, cuando de una hoja de papel extendido doblada tres veces, sale un pliego de ocho hojas y diez y seis páginas. Hay libros en cuarto y de medidas diversas más grandes o más chicas que los de bolsillo, hasta denominárseles miniaturas, que pueden ser de especial aprecio por los coleccionistas. 
Una de las colecciones en tamaño octavo muy conocidas en nuestro país es Sepan cuantos... de Editorial Porrúa, que rebasa los 700 números y abarca, como las dos mencionadas de bolsillo, una gran variedad de temas del conocimiento humano.
Los libros aún se imprimen en su mayoría en prensa plana con papel extendido. Cuando se trata de tiros o ediciones altas, digamos a partir de unos diez mil ejemplares, casi siempre en formatos de bolsillo u octavo, se producen en rotativas con papel continuo en rollos o bovinas, como se hacen los periódicos diarios.
 La vertiginosidad asombrosa con que ahora se utilizan medios electrónicos y de comunicación adelantadísimos, tanto en la concepción, como en la producción y oferta de medios para conocer el pensamiento humano, han hecho creer en un rezago del libro. Sin embargo, ha resultado lo contrario, subiéndose éste a dicha modernidad.
Si las cubiertas o tapas tienen doblez hacia dentro, que puede ir desde unos cuantos centímetros hasta el tamaño de la propia tapa, se dice que tiene solapas. Si las cubiertas o tapas en vez de ser flexibles son rígidas o duras, normalmente de cartón forrado de papel adherido y pegado, se denominan cartoné; tela,  si tienen algún tipo de este material; piel; media piel (lomos y esquinas), hasta nombres muy especiales, de acuerdo al contenido de materiales diversos en su composición, muchas veces sofisticados, incluso maderas finas.
De un tiempo para acá se vienen utilizando con mucha profusión las cubiertas flexibles o a la rústica, muy coloridas e ilustradas con titulares y otros de sus elementos realzados o troquelados. El dorado o grabado a fuego en titulares y ornatos, así como otros colores finos en las tapas duras y sus lomos, siguen siendo un toque sobresaliente en encuadernaciones costosas o de lujo en obras como los clásicos, biblias, quijotes, de arte, etc.
Los cortes superior, inferior y contra lomo, llamados cantos, suelen ir dorados en las clases de libros anteriores, y con menor frecuencia plateados o pintados. Las hojas de los textos pueden ir pegadas o cosidas, o las dos cosas, al lomo o contra canto de los libros. Esto último es regla casi invariable en libros con cubiertas duras, aunque un buen libro a la rústica es común que tenga estas características. Las sobrecubiertas o camisas en cartulinas de buena calidad, mayormente a colores, son acompañantes distinguidas de los libros finos. 
Las guardas son  dos pares de hojas que en el formato del libro sucede el primer par a la pasta o forro inicial y el segundo antecede a la final. Normalmente la primera y cuarta hojas van pegadas firmemente a su respectivas pastas, formándole un magnífico marco visual interior a la obra de que se trate. Casi siempre son de papeles más gruesos y finos, y hasta terciopelos, pieles u otros materiales  de calidad, en blanco o ilustrados con elementos consustanciales o no al texto.  
En el cuerpo formal del volumen, la primera hoja normal en blanco, si la hay, se llama hoja de respeto. Las dos siguientes, impresas la primera sólo con el título, subtítulo y a veces el nombre del autor, y la segunda además con la identificación de la colección, traductor o ilustrador en su caso, se les llama portada a la primera y portadilla a la segunda. En esta última al calce va el nombre de la editorial y sus sedes o sucursales, más del  caso cuando la empresa sea internacional.  
En los reversos de la portada  y portadilla se ponen datos informativos y legales, como número de ediciones y reimpresiones y sus tirajes, título original extranjero, traductores, equipos de trabajo, si los hay, registros oficiales (copyright) local y extranjero, cesiones de derechos e ISBN. A veces aquí también van datos propios del colofón, parciales o totales, como identificación del impresor, fecha del tiro y cantidad, tipo de papel, etc. El código de barras regularmente se imprime en el exterior de la contra pasta o cuarta de forros.   
Aparte del texto u obra propiamente dicha del autor o autores, el libro lleva al principio, por regla general, un prólogo, llamado también preámbulo, prefacio, proemio, introito, etc., que casi siempre es autoría de un tercero. A veces se incluye alguna otra aportación ajena, como la biografía o semblanza del autor, u otro tipo de agregados que complementan la obra.  
Al final puede ir un complemento propio o ajeno al autor, que recibe también varios nombres, como: epílogo, conclusión, final, desenlace, sinopsis y, hasta colofón, que más propiamente, como ya se dijo, contiene éste datos técnicos en la última página del libro. Algunos libros tienen al final una o más hojas en blanco sin anotación alguna, que simplemente corresponden a sobrantes de pliego, que podrían aprovecharse para comentarios sobre la obra, lo cual casi nunca sucede.  
El epígrafe son las citas o sentencias de otros escritores, normalmente famosos, que en algunos libros o escritos diversos, consigna el autor al principio, después del encabezado, en los capítulos o divisiones de la obra, aportándole refuerzo o contundencia al tema correspondiente.
Las  ilustraciones en los libros (fotografías, dibujos, pinturas, viñetas, mapas, cuadros estadísticos, etc.) deben ser verdaderos soportes y apoyos a la obra. Pueden ir dentro o fuera de texto en hojas iguales o láminas de mejor calidad, a colores o no. Las cubiertas bien ilustradas y con buen gusto, así como las sobrecubiertas en su caso, también son ayudas importantes.
La numeración de las páginas se hace con caracteres arábigos, aunque no es impedimento que se haga con romanos, signos estos que sí se utilizan con frecuencia en las partes iniciales ajenas al autor, ya mencionadas. En los libros de arte, principalmente monografías, las reproducciones pictóricas, además de diferente numeración, van seguido en papel especial e incluso de colores diferentes en  pliegos aparte con datos cronológicos de, por ejemplo, las exposiciones habidas y distinciones en honor del artista.
La paginación de manera tradicional se imprime en las esquinas superiores o inferiores de las páginas. Eventualmente se encuentran paginaciones con los números en los centros u otras partes de las páginas. Hay libros especiales numerados sólo en una cara de las hojas: normal en libros antiguos escritos por un solo lado. También se conocen obras con número en el anverso y letra, a ó b, en el reverso y hasta con otros signos convencionales de paginación, o definitivamente sin paginación alguna. Esto último es frecuente en textos o materiales ilustrados para niños y jóvenes.
Si un libro no tiene cortados o refilados los dobleces de los pliegos con que se forman las hojas y por lo tanto sus cantos no forman una superficie pareja y lisa, se le llama libro intonso por regla oficial y tradicional, aunque algunos le han llamado virgen. Aunque este procedimiento ha quedado en desuso, como un toque distintivo, la Editorial Porrúa, por ejemplo, presenta así los títulos a la rústica de su colección Escritores Mexicanos.
La escritura más antigua, a partir de que los fenicios inventaron el alfabeto, atribuible a Cadmo, mítico fundador de Tebas, fue la cuneiforme, que se realizaba en tablillas de arcilla húmeda o,  piedra (mandamientos de Dios a Moisés), con instrumentos en forma de cuñas, llamados grafios o estilos. Después vino la escritura en papiro,  principios de nuestra era, con lo que a los textos se les llamó volúmenes o rollos, casi siempre escritos por un solo lado y opistógrafos a los hechos por los dos.
La época siguiente, de los códices, codex en singular, o libros cuadrados en formatos similares a los actuales, fue la del pergamino (Eumenes II rey de Pérgamo 197-158 a.C.), obtenido, como hasta nuestros días, de pieles de animales tratadas, de uso común por los dos lados, reciclados borrando la escritura original, en tiempos de escasez o carestía, sobre todo en los siglos VII al IX. Con el tiempo, mediante cuidados especiales, se lograron  recuperar de estos reciclamientos obras muy valiosas al aflorar la primera escritura, llamándoseles a estos hallazgos libros Palimpsestos, del griego: palin, de nuevo, y prestos: borrar o rascar.
El papel que se utiliza en la manufactura de libros hasta nuestros días, aunque en el más remoto principio no en tantas variedades como ahora, viene desde su invención en el siglo II por los chinos. De China pasó sucesivamente a varios países y a Europa por España hacia el siglo IX. 
Los cambios de materias primas que en tan largo viaje ha experimentado el papel, casi no han modificado el sistema original de fabricación. A partir de 1845 en que se inició el empleo de la fibra de madera y posteriormente otros sucedáneos, se ha logrado producir una inmensa variedad de papeles de todas clases, colores, dimensiones y especies.
Por último, incunables, con estricta propiedad, se les llama sólo a los libros impresos a partir de la invención de la imprenta por el alemán Johannes Gutenberg (1397-1468), desde la década de  1440 hasta 1500. Se ha manejado erróneamente este término a obras editadas con posterioridad, como las producidas en México en el siglo XVI, al llegar al Nuevo Mundo la imprenta luego de la conquista española. La imprenta es considerada el invento más importante de la humanidad, no por sí mismo, sino por su trascendencia en la difusión del conocimiento universal.

ALGO SOBRE EL LIBRO (Segunda parte)

A fines del siglo XIV las limitaciones de los libros escritos a mano fueron superadas por la xilografía (del griego xylon: madera y graphein: esculpir). En tanto se inventaba hacia 1440 la imprenta tipográfica por el alemán Juan Gutenberg (Maguncia 1397-1468). 
Este suceso está considerado como "La más grande de las invenciones humanas, no tanto por sí misma, sino por sus profundas e innumerables consecuencias" (P. Louisy). El descubrimiento de la xilografía, contribuyó mucho al movimiento intelectual, que ya era muy considerable debido al desarrollo de las universidades y las escuelas, con un medio mucho más rápido y efectivo que el de la escritura a mano. La imprenta multiplicó pues, de gran manera,  las manifestaciones del pensamiento. 
No obstante, tanto de la xilografía como de la imprenta, se consideran sus orígenes más remotos. De la primera cuando menos a 1418 o antes, pues se conserva en Bruselas una obra de este tipo que representa a la Virgen y al Niño Jesús. De la imprenta existen pruebas de que fue conocida por los chinos desde el siglo XI. El invento no traspasó entonces sus infranqueables murallas.  
De la relativamente corta época bibliográfica de la xilografía, que no obstante en nuestros días aún tiene aplicaciones en trabajos como la tapicería, se conservan libros sumamente valiosos. La Biblia pauperum, Speculum humanae salvationis, Ars moriendi, Historia Virginis et Cantico canticorum, Liber de Anticristo y otros, son sólo algunos de estos. 
Se denominan incunables (del latín incunabula: en la cuna) a los libros impresos en el siglo XV, que fue la cuna del arte tipográfico, es decir, desde su descubrimiento por Gutenberg hasta 1500, inclusive.  Se considera incorrecto aplicar este término a los libros de épocas posteriores, como incunables americanos o mexicanos a los publicados en el siglo XVI.  
A los incunables más antiguos o primeros de la tipografía se les designa como paleotipos o protoincunables. Estos primeros libros guardan una gran similitud con los manuscritos, cual era la intención de Gutenberg. Se llegaron a confundir con ellos y comercializar como tales, hasta que los copistas, que no les convenía el engaño, se apresuraron a denunciar su procedencia.   
Una gran cantidad de los incunables fueron impresos en caracteres góticos, uso seguido generalmente hasta en los países latinos, como Italia, Francia y España. Cuando Jenson creó el tipo romano, este fue sustituyendo poco a poco, con ventajas, a los góticos. Ello  principalmente en los pueblos citados y otros de su mismo origen. Alemania puso larga resistencia, apoyada en sus fuertes posiciones nacionalistas.  
No pocos incunables, sobre todo venecianos, están impresos con tipos aldinos, inventados por Aldo Manuncio el Viejo. No muy tarde el grabado en madera, xilografía, dio su aportación a la decoración de los libros. Ha aportado desde una lámina al principio a guisa de frontispicio, hasta innumerables ilustraciones muy comunes en los diccionarios e infinidad de obras hasta nuestros días.
El grabado como ilustración propiamente dicha, figura por primera vez en Las fábulas de Boner (Bamberg, Baviera 1461, por Abrecht Pfister). Como prototipo de incunables ilustrados se puede considerar la Crónica de Nuremberg, con más de mil grabados en madera, de Wolgemuth, maestro de Durero y de Pleydenwurff.
En el siglo XVI el libro, sin perder del todo su influencia  gótica, fue despejándose de la severidad de los manuscritos. Las portadas o frontispicios se formaron con un grabado de madera de grandes dimensiones, en cuya cabeza o pie figuraba el título de la obra. Carecía el tema del grabado, casi siempre, de relación con el contenido del libro. Después el adorno fue un escudo de armas, regularmente del mecenas o la marca del tipógrafo o bien, viñetas diversas más tarde. 
En los textos se van eliminando las múltiples abreviaturas o signos convencionales, como la S larga y otros elementos. Ello fue modificando y dando al libro el sello distintivo que ha llegado a tener en el transcurso del tiempo. 
A lo anterior contribuyó mucho el citado impresor Aldo Manuncio el Viejo, con el empleo de los caracteres itálicos. Se permitieron formatos más prácticos y manuales con un ahorro considerable de espacio. El huecograbado, el grabado a buril  y las aguas fuertes, se integraron también como decoraciones de los frontispicios y láminas interiores de los textos, sin dejar de ser muy importantes las viñetas o estampas pequeñas.  
El siglo XVII tuvo muy en boga los frontispicios llamados a la passe-partout, muy recargados o ennegrecidos de tinta, que también poco o nada tenían que ver con los temas del libro. Fueron ideados por el impresor Cristóbal Plantino. 
Desde principios de este siglo XVII se inició así mismo un cambio radical en los mencionados frontispicios. Se cambiaron en ellos los motivos casi exclusivamente religiosos, no obstante que buen tiempo invadieron toda Europa, en beneficio de una gran variedad de motivos profanos de muy buen gusto y calidad. En esto contó mucho la influencia de Luis XIV de Francia. Un buen motivo de belleza, haciendo a un lado exageraciones, que también estuvieron presentes en esta etapa, es el frontispicio grabado en lámina, al buril, del Dictionaire de L´Académie (París 1694) 
Durante la primera mitad del siglo XVIII el libro evolucionó integrando nuevos elementos decorativos al gusto y tendencias naturalistas de la época. Se utilizaron caracteres más elegantes y viñetas más espirituales. En este siglo además, el libro se fue simplificando, acabando por despojarse de los últimos y tradicionales elementos antiguos que había conservado,  para dar paso al advenimiento del libro moderno al nacer el siglo XIX. 
Como perfecto reflejo de su tiempo, el libro se democratizó en la centuria XIX. Al parejo de los progresos notables de las artes gráficas y de la industria papelera. Dejó de ser patrimonio de los hombres de letras, haciéndose asequible a todos, tanto por su forma popular como por su bajo costo, aunque, hay que decirlo, en detrimento de su calidad.
La multiplicación de los tipos y la reforma de las letras de texto por conducto de varios impresores, así como el empleo de viñetas y demás adornos tipográficos de diversos estilos, constituyeron un libro enteramente distinto al de los siglos anteriores. El grabado en madera resurgió como elemento capital en la decoración e ilustración. En plena era del romanticismo, contribuyó sin duda a intensificar su popularización. 
La litografía (del griego lithos: piedra y graphein: escribir) fue inventada a fines del siglo XVIII por Luis Senefelder en Baviera. Ayudó mucho en la decoración general de los textos, así como en la evolución de las cubiertas artísticas de los volúmenes a la rústica hasta los últimos años. Posteriormente la implementación de los grabados modernos ha impreso al libro un nuevo aspecto exterior e interiormente. 
Se han implementado cubiertas policromadas o textualizadas con muy buen gusto y calidad, gran parte realzadas y con solapas hasta del tamaño de estas. De la misma manera, formatos y cuerpos geométricos uniformes en lomos y cantos. Para los interiores, aunque en nuestro país se sigue utilizando mucho el papel bond, se emplean papeles más propios y adecuados para una mejor lectura.   
Tipografías e impresiones muy cuidadas con titulares novedosos y variadas ilustraciones a una o más tintas, son parte y apoyo importantes de los temas correspondientes. La disponibilidad de tecnologías de trabajo y comunicación tan avanzadas en nuestros días, han hecho de la innovación una realidad asombrosa en  el mundo de las letras y en muchos otros medios. Los sistemas computarizados para labores y comunicación instantáneos, fax, modem, escanner, internet, impresoras multicromáticas personales, etc., son ya medios ordinarios para plasmar la creatividad y el pensamiento humanos, instantáneamente,  del más remoto lugar a otro. 
Sin embargo la humanidad toda debe estar muy atenta a no perder, por ningún motivo, su capacidad de asombro y el gusto por todos sus logros y belleza de la vida. Lo contrario nos iría llevando, cada vez más, a un desfazamiento y pérdida de identidad muy lamentables.

ALGO SOBRE EL LIBRO (Primera parte)

La escritura ha sido a través de los siglos la representación gráfica por excelencia del lenguaje oral humano. Fue inventada por el hombre hace unos seis mil años para satisfacer su necesidad de representar y perpetuar sus ideas, por medio de signos gráficos inteligibles a la vista. Se comenzó por representar los objetos con las imágenes de sí mismos. Después se fijaron ideas abstractas utilizando los objetos materiales relacionados con ellos en alguna forma. Más tarde se procuró que los signos gráficos fueran representativos de los sonidos articulados. 
De la combinación de estos tres pasos, el representativo, el simbólico y el fonético, resultó la escritura jeroglífica. Esta fue usada por todos los pueblos civilizados de la antigüedad. De ahí vino el alfabeto creado por los fenicios, cuya invención se atribuye a Cadmo. De esta manera se realizó el último y definitivo avance de la escritura, consistente en aplicar un signo a cada una de las distintas letras. Las letras ligadas entre sí forman las palabras. 
Desde el invento de la escritura el hombre buscó la forma de fijarla y conservarla. Para esto utilizó desde las hojas de los árboles hasta piedras, maderas, metales y otras materias naturales, que por una u otra razón al tiempo resultaban inadecuadas. En las ruinas de Nínive y Babilonia se encontraron en abundancia piezas de arcilla con caracteres cuneiformes grabados antes de su endurecimiento, que en conjunto formaban lo que podríamos llamar bibliotecas ahora.  
Los mandamientos de Dios a Moisés fueron escritos en tablas de piedra. El código romano de las Doce Tablas se grabó en placas de bronce. Con el tiempo se emplearon para escribir tablillas de madera, particularmente de boj, que se cubrían con una capa de cera y se unían en grupos de dos o más cuando era necesario. Se les dejaban rebordes para proteger la cera y la escritura. 
Se escribía sobre estas maderas con punzones de metal puntiagudos en un extremo y planos en el  otro, para respectivamente, escribir y borrar y emparejar la cera. Los griegos llamaron a estos instrumentos de escribir grafios (graphion) y los romanos estilo (stylum). 
Vino luego la escritura sobre papiro, utilizado en varios pueblos, principalmente en Egipto. Era una especie de papel que extraían del tallo de la planta del mismo nombre, llamado liber o película interna. De ahí se deriva la palabra libro. 
Consistía el papiro de tiras muy delgadas de la mayor extensión posible, que después de ciertos tratamientos daban una calidad semejante al papel. Se clasificaba, a semejanza de los papeles de ahora, en varias categorías. Fue, a pesar de su poca solidez, el material más propio para la escritura durante varios siglos. Conservaba aún varios usos durante la edad media.  
Con el papiro tuvieron lugar los volúmenes o rollos. Los formaban las tiras u hojas del liber, unidas por sus extremos hasta formar tramos de varios metros de longitud, según la extensión de las obras. En una de sus orillas llevaban una varilla de denominada umbilicus (ombligo). Esta era  de ébano, cedro, marfil u otro material. Sus extremidades se adornaban según la importancia del manuscrito.
Se guardaban estos rollos en unión con otros en una caja cilíndrica de madera o cuero, llamada scrinia o capsa. Cuando la obra se componía de más de un rollo se le llamaba biblios, de donde nació el nombre de biblioteca.
Llegamos así al descubrimiento del pergamino, el cual aunque consta que su uso se remonta más allá de cinco siglos antes de nuestra era, su nombre viene de cuando Eumenes II rey de Pérgamo (197-158 a.C.), lo adoptó en lugar del papiro al no poderse surtir de éste por parte de los egipcios. Estos estaban celosos del ambicioso proyecto del rey de formar una biblioteca que rivalizaría con la famosísima de Alejandría. 
Gracias a las ventajas del pergamino sobre el papiro, entre otras que podía utilizarse por ambas caras perfectamente bien, se empezaron a confeccionar libros en forma análoga a los actuales. De  hojas o folios variables, su anchura y largura constituían su forma o formato. Dichas hojas se reunían y sujetaban por una costura  en su orilla izquierda y se cubrían con tapas o cubiertas de madera o piel semejantes a las actuales. Estos libros recibieron de los romanos el nombre de códices, codex en singular, o libros cuadrados dada su forma rectangular. 
Se cree que el pergamino se generalizó a partir de nuestra era. Por su comodidad fue relegando al olvido a los volúmenes o rollos de papiro. El nombre de códices prevalece en la actualidad para designar manuscritos antiguos de gran valor  intrínseco o extrínseco. Son en nuestro país este tipo de libros, por ejemplo, los documentos indígenas escritos antes de la conquista, como el Códice Borgiano, el Lienzo de Tlaxcala y muchos otros. 
Cuando el pergamino se escaseaba, encarecía, o por cualquier otra causa, particularmente en los siglos VII al IX, se recurría a borrar los textos. Se lavaban o frotaban para utilizarlos de nuevo. Se ha manifestado en no pocos casos los vestigios de la primera escritura, la cual con reactivos químicos y grandes cuidados se ha logrado rescatar. Los pergaminos así tratados se conocen como palipsestos (de palin: de nuevo y psestos: borrar o raspar). Existen en la actualidad, de alto valor, una  gran cantidad de estos. 
Atribuible su invención a los chinos en el siglo II de la era cristiana, el papel ha sido hasta nuestros días el elemento de mayor éxito utilizado en la escritura. Fabricado en su origen con hojas de bambú y corteza de morera, pasó a Corea en el siglo VII y de allí al Japón. 
Los árabes aprendieron su manufactura de los prisioneros chinos de Samarcanda. Luego sustituyeron la materia prima original por trapos de algodón usados y cordelajes viejos. Se llevó el papel a Europa a través de España hacia el siglo IX. No obstante la primera fábrica de que se tiene memoria es en Játiva inmediata a Valencia, hasta el siglo XII. Después se le integró a su manufactura un elemento superior: el lino. 
El proceso original de fabricación de papel fue manual durante varios siglos. Esto casi no varió hasta  que a fines del siglo XVIII la elaboración del papel de cuba, también llamado de forma o de mano, se transformó por completo en virtud de los progresos de la mecánica  y de la química. Contribuyó mucho en este progreso el advenimiento de la maquinaria para fabricarlo en forma continua  inventada por el francés Luis Robert. 
Esta maquinaria, explotada primero en Inglaterra y mejorada paso a paso, ha llegado a adquirir un admirable perfeccionamiento en los tiempos actuales. A partir de 1845 se empezó a utilizar la fibra de madera como base y posteriormente otros sucedáneos. 
Se ha logrado una gran diversidad de papeles, de todas clases, colores, dimensiones y especies,  que han contribuido poderosamente al desarrollo material y artístico del libro. Sustitutos como el plástico, han ido de la mano con el papel en la inmensa variedad de facetas que tiene el mundo fantástico de la escritura.

jueves, 17 de noviembre de 2016

PARIENTES DE LA TORRE Y GALINDO EN GARABATOS Y OTROS LUGARES (actualizándose)



DE LA TORRE
Como mencioné en el artículo anterior, Néstor, Florentino, Adolfo y Macario, avecindados en Garabatos, fueron tíos tatarabuelos hermanos de la tatarabuela Francisca de la Torre Hernández. Mi hermano Adolfo y mi primo hermano Florentino de la Torre Camarena, continuaron los nombres de dos de estos tíos. Por lo que respecta al tío Néstor, fue jefe de Acordada en Garabatos y su ánima, según varios testimonios,  se aparecía, entre ellos el de mi madre María Dolores Galindo González quien toda su vida contó, sin cambiarle nada, que se le apareció más de una vez en la noche, hasta que mi padre Francisco de la Torre Hernández, discurrió, como se estilaba, mentarle la madre y así no volvió. De estos cuatro antepasados repito lo del relato anterior, no tengo más información; ojalá alguien proporcionara alguna, incluso, como ha resultado en mi árbol genealógico homónimo en MyHeritag.com.   
DE TATARABUELOS A TÍOS BISABUELOS.  
.-Francisco y Tomasa Angulo (bisabuelos)
.-J. Guadalupe, en Garabatos, esposa Ausencia de la Torre (viuda de su Hno. Nabor)
.-Altagracia con Eusebio Anaya,
.-Fidencia con Martín Rodríguez,
.-Maclovia con  Antonio Villarruel,
.-Ma. Concepción con Justo Hernández,
.-Ausencio, con Brígida Castellanos,
.-Nabor con Ausencia de la Torre (sin hijos) que al enviudar casó con su cuñado Guadalupe
.-María (no tengo datos) 
TRONCO J. GUADALUPE DE LA TORRE/AUSENCIA DE LA TORRE (tíos bisabuelos)
.-Aurelio con Luciana de la Torre Mojica
.-María Isabel de la Torre (fuera de matrimonio) con Camilo Hernández (bisabuelo Mat) 
TÍOS ABUELOS.
Los 10 que listo, junto con mi abuelo Cipriano, 5 hombres y 5 mujeres, sobrevieron a otros 10 igual 5 y 5 que murieron niños o jóvenes. 
.-Jesús de la Torre Angulo esposa Emilia Galindo González (hermana de mi abuelo materno Manuel) hijos Zeferina con Cástulo de Loza (hijo adoptivo de José Galindo Castellanos bisabuelo materno) María del Refugio y María Guadalupe fallecidas niñas, Josefina con Luis Álvarez. En segundas nupcias con su cuñada Ma. Guadalupe, hijo Salvador con Esperanza de la Torre Hernández (prima hermana doble de mi padre)
.-José de la Torre Angulo con Tomasa Rodríguez, hijos Carmen y Eufrosina con Pedro Galindo Franco (medio hermano de mi abuelo Manuel) Magdalena con Ignacio Carmona y Heliodoro con Angelina Franco González (hija de Magdalena González Franco hermana de mi abuela materna y de Cirilo Franco Hernández)   
.-Alejandro de la Torre Angulo con Ma. Concepción Hernández de la Torre (hermana de mi abuela paterna) hijos Alfredo con Ma. Soledad Hernández, Esperanza con Salvador de la Torre Galindo.      
.-Jorge de la Torre Angulo con Marina Franco González (hija de Cirilo Franco Hernández y Magdalena González Franco) hijos Francisco con Ma. Rosario Aceves, Miguel con Ma. Soledad Plascencia y Benjamín con Carlota Segura. 
.-María de la Torre Angulo con J. Merced Ochoa, hijos Ma. Mercedes y David.
.-Ma. Cleofas de la Torre Angulo con Magdaleno Torres, hijos Raquel y Aurora (religiosa)
.-Herlinda de la Torre Angulo con  Arcadio Hernández (no tuvieron hijos)
.-Tecla de la Torre Angulo con Heliodoro Hernández, hijos Carolina y Ma. Guadalupe.
.-Manuela de la Torre Angulo con Genaro Hernández, hijos María y Francisco. 
TRONCO AURELIO DE LA TORRE DE LA TORFRE/LUCIANA DE LA TORRE MOJICA.
.-J. Guadalupe, soltero, (*1/1900)
.-Filemón con María de Jesús de la Torre Hernández (hermana de mi padre)
.-J. Ascención con Ma. Refugio Sánchez
.-Baudelio (1908) con Clotilde Velasco Pérez
.-José María con Marina Barba
.-María (murió infante)
.-Juana (soltera)
.-Victoria (soltera)
.-Senorina (murió joven)
.-Maclovia (soltera)
.-Ma. Concepción (soltera)
.-José (soltero) 
TRONCO FILEMÓN DE LA TORRE DE LA TORRE/MARÍA DE JESÚS DE LA TORRE HERNÁNDEZ.
.-Fidel con Manuela Muñoz Sánchez, hermana Teresa esposa de Rafael de la Torre Galindo, mi primo hermano doble; nietas de don Bernardino Muñoz e hijas de Lorenzo Muñoz, originarios de rancho La Ortiguilla.
.-Elvira (soltera)
.-Miguel (QEPD, soltero)
.-Adolfo (falleció niño)
.-Elena (soltera)
.-Abel (QEPD) con Luz Abarca
.-Elisa (murió a los 9 años)
.-Daniel con Martha Muñoz, sobrina Manuel Muñoz Sánchez.
.-Eustolia con J. Guadalupe González
.-Margarita (soltera)
.-Ofelia con José Luis Barba
.-Sara con Jesús Aceves
.-Ramiro con Elvira Abarca 
TRONCO BAUDELIO DE LA TORRE DE LA TORRE/CLOTILDE VELASCO PÉREZ
.-Ma. Trinidad con Rafael Aceves Pérez
.-Josefina con Rubén Rubio Martínez 
TRONCO JOSEFINA DE LA TORRE VELASCO/RUBÉN RUBIO MARTÍNEZ
.-Rafael con Martha Campos Castro
.-Luis Guillermo con Ofelia Valencia Patiño
.-David Jorge con Luz Elena Padilla Flores
.-Héctor Rubén con Lourdes Ornelas Torres
.-Carlos Javier con Maribel Soto Pelayo
.-Lourdes Angélica con Jorge Caro Curiel
.-Josefina del Carmen con Luis David Varela Hernández
.-Oscar Eduardo con Rosa García Briseño
.-Víctor Manuel con Claudia Celeste  Vázquez
.-Adriana Abigaíl con Adolfo Rafael Palafox Castillo. 
TRONCO MA. TRINIDAD DE LA TORRE VELASCO/RAFAEL ACEVES PÉREZ
(por actualizar)

martes, 25 de octubre de 2016

LOS APELLIDOS DE LA TORRE Y GALINDO EN GARABATOS (actualizándose)

DE LA TORRE
En los tratados de Genealogía y Heráldica, algunos llevan el origen del apellido de la Torre a confines tan remotos como el Sitio de Troya. En España está generalizado en todo el país, mayormente en  Castilla, Extremadura, La Mancha, Murcia. En México, mi amigo el Señor Cura e historiador José Zavala Paz en Zacapu, Mich. (QEPD) me decía que con Hernán Cortés venían dos españoles de la Torre, uno militar y el otro religioso y que nos quedó descendencia sólo del religioso. En Veracruz se estableció una rama y de ahí que exista la ciudad Martínez de la Torre. Actualmente el apellido se localiza en toda la república y en mayor cantidad en la región que fue Nueva Galicia, en especial en la zona alteña de Jalisco.    
LOS DE LA TORRE DE GARABATOS 
(Municipio de Tototlán, Jal. lindero con los de Tepatitlán y Atotonilco el Alto)
Los primeros que llegaron a Garabatos provenían de San Jorge, Mpio., de San Miguel el Alto, que a su vez venían de Yahualica y Hacienda de la llave (municipio de Valle de Guadalupe) Los tatarabuelos Jorge de la Torre y Francisca de la Torre Hernández procrearon a: José Guadalupe esposo de Ausencia de la Torre; Francisco y Tomasa Angulo (bisabuelos) Ausencio y Brígida Castellanos; Nabor y Ausencia de la Torre (su cuñada, viuda) Del segundo matrimonio del citado tatarabuelo (carezco del nombre de la cónyuge) María (no se tienen más datos) Altagracia con Eusebio Anaya; Fidencia con Martín Rodríguez; Maclovia con Antonio Villarruel; Ma. Concepción con Justo Hernández. Néstor, Florentino, Adolfo y Macario (también sin mayores datos) eran hermanos de la tatarabuela Francisca de la Torre Hernández. 
De los bisabuelos Francisco de la Torre/Tomasa Angulo: María con Merced Ochoa; Jesús con Emilia y Ma. Guadalupe Galindo González (Hnas. de mi abuelo materno Manuel) José con Tomasa Rodríguez; Cipriano con Francisca Hernández de la Torre (abuelos paternos) Ma. Cleofas con Magdaleno Torres;  Alejandro con Ma. Concepción Hernández de la Torre (Hna. de mi abuela materna) Herlinda con Arcadio Hernández; Tecla con Heliodoro Hernández; Manuela con Genaro Hernández; Jorge con Marina Franco González (hija de Cirilo Franco Hernández y Magdalena González Franco (tía abuela)
De los abuelos Cipriano de la Torre Angulo y Francisca Hernández de la Torre: Agustín con Teresa Camarena Hernández y en 2º matrimonio con María López; Francisco con Ma. Dolores Galindo González (mis padres) Salvador con Margarita Quezada; María con Filemón de la Torre de la Torre; J. Guadalupe con Teresa Hernández;  Estela con J. Trinidad Córdoba; Adalberto con Ana María Galindo González (tíos carnales ambos) De las segundas nupcias de mi abuela Francisca Hernández de la Torre con Juan Moreno Ubario: Felipe con Rogelia Orozco y José (soltero) y con Darío Vázquez (fuera de matrimonio) Jesús Vázquez Hernández.  
GALINDO
Su origen lo remontan al pueblo germánico Galindios, actual Prusia y Polonia; se extendió a Rusia, Grecia y Europa Latina. A España llegó al País Vasco, Navarra, Cataluña y Aragón.
LOS GALINDO DE GARABATOS
Mi tatarabuelo Rafael era de San Luis Potosí y se asentó hasta su muerte en el rancho San Antonio, municipio de Tepatitlán entre San Ignacio Cerro Gordo (antigua hacienda de La Trasquila y actualmente municipio jalisciense número 125) y Capilla de Guadalupe (en  discusión con Tepatitlán para erigirse como Mun. 126) A sus hijos Justo (mi bisabuelo) y José, les compró sendos ranchos para que sentaran cabeza, al primero La Esperanza y al segundo, que fue muy rico en ranchos y ganados y otros bienes, La Hiedra, ambos pertenecientes al Mpio., de Tepatitlán. Casó en primeras nupcias con Hilaria Castellanos y dos esposas más cuyos nombres e hijos no he encontrado. Justo casó con Francisca González y Romana Franco y José con Rosa Martínez (no tuvieron hijos) su hija Virginia con Hilario de la Torre.  Este tatarabuelo murió de forma violenta, según dicen, en connivencia con la tercera esposa.
De los bisabuelos Justo Galindo Castellanos y Francisca González, sus hijos fueron  Manuel con Emilia González Franco (mis abuelos maternos) Emilia y Ma. Guadalupe con Jesús de la Torre Angulo (tío abuelo paterno) y María con Sixto Báez. De segundo matrimonio con Romana Franco: Delfino con Ma. Guadalupe Franco González (hija de Cirilo Franco Hernández, Pedro con Carmen y Eufrosina de la Torre Rodríguez (hijas del tío abuelo paterno José) y Ma. Refugio con Fulgencio Fonseca.
Los hijos de los abuelos Manuel Galindo González y Emilia González Franco, fueron  Julia que casó con Alberto Navarro Navarro, Ma. Dolores con Francisco de la Torre Hernández (mis padres) Francisca con J. Refugio Gutiérrez Hernández (fallecido también violentamente a unos cuantos meses de casado) Rafael, fallecido soltero de igual forma, Gabriel con Luz María Muñoz Hernández, Ana María con Adalberto de la Torre Hernández (hermano menor de mi padre) Amelia con Manuel Muñoz Hernández (cuñado del tío Gabriel) Herlinda con J. Jesús Franco González (hijo menor de la familia Franco González, su primo hermano) Ma. Consuelo con Jesús Galindo Franco (su primo hermano y sobrino) e Irene con Roberto González Rodríguez.
De las familias de la Torre Hernández, abuelos paternos y Galindo González, abuelos maternos, fuimos más de 100 primos hermanos, Con todos, aparte algunas diferencias de opinión y caracteres, he llevado afortunadamente buenas relaciones. Muchos están en buena situación patrimonial, básicamente por heredades de terrenos familiares, en varios casos manejadas a estilos y procedimientos con vestigios aún feudalistas.   
Como se puede observar ambos apellidos, de la Torre y Galindo, se mezclan reiteradamente, recurriendo para los matrimonios a las socorridas dispensas o permisos religiosos papales por las consanguinidades, en obediencia a la muy arraigada costumbre o ley no escrita de proteger el concepto inviolable de propiedad de la tierra y los linajes respectivos, marcados a sangre y fuego en la idiosincrasia alteña.      
TRONCO DE LA TORRE GALINDO
FRANCISCO DE LA TORRE HDEZ./MA. DOLORES GALINDO GLEZ. (MIS PADRES)
Mi padre nació en el rancho Palo Dulce de Tototlán, Jal., 30/6/1909 y el  mismo año pero el 21 de mayo mi madre en El Capulín, de Tepatitlán. Contrajeron matrimonio en Atotonilco el 7 de mayo de 1935 a las cinco de la mañana, como era costumbre arraigada en el medio rural; su luna de miel fue en Chapala.
Primero de 10 hermanos, nací el 5/2/1936 (tronco familiar abajo) 2º María Mercedes 8/6/1937 esposo José de Jesús González Rodríguez 2/5/1930, hijos Felipe de Jesús 4/7/1966, esposa Rosa Barajas Pérez 4/11/1970 hijos Felipe de Jesús 15/5/1995 y Adrián 27/3/1996,  Joel 9/7/1968 esposa Catalina Genoveva Ascencio Rivera 18/3/1971 hijo Irving 18/9/2007, José Luis 16/4/1970 con Liliana Díaz Villanueva 30/4/1972 hijos Oliver Edgardo 3/9/1994, Joselyne Liliana 8/2/1997 y Noemí Jaqueline 2/1/2001; 3º José Luis 22/2/1939 con María de los Ángeles Briseño Alejandre 2/8/1945 hijos Cuauhtémoc 12/4/1971 con Andrea Vega 6/8/1973 hijos Andrew 20/5/1997 y Vanesa Noemí 9/9/1998, Luis 30/4/1973, soltero, Juliana 19/6/1975 con Robert Cerrillo 17//7/1973 hijo Joseph Donovan 2/1/1995, Georgina 19/6/1975 José Luis Guerrero Salazar 28/6/1973 hijo José Luis 16/9/1995 y Nikolas  25/10/2002, y Noemí 12/10/1977 con Martin Pierce 21/11/1965 hijos María Celeste 23/6/1998 y Martin Luis Wade 16/7/2009; 4º Ramón 7/11/1940 con Leonor Velázquez Díaz 29/8/1950, hija Nancy 20/2/1985 con Daniel Orlando Valdez Buelna 5/2/1981 hijos Lizbeth 26/5/2005 y Ramón Emiliano 26/12/2013; 5º Cipriano (27/12/1942 (QEPD) con Carmen Celina Contreras González 8/1/1950 hijos Alejandro 19/11/1976 con Ana Catalina Cantú Alvarado 3/8/1975, Octavio 27/10/1978 con Marcela Roldán Suárez 2/6/1981 hijo Leonardo 10/6/2000,  César Cipriano 2/3/1984 con Araceli Covarrubias Díaz 18/6/1988.
6o María de la Luz 24/5/1944 con Francisco Javier Aguirre Villagrán 8/10/1942 (QEPD) hijos Eduardo Javier 2/9/1969 con Esmeralda Arias Salcedo 2/5/1977 hijos Carlos Francisco 18/4/2006 e Isabel Diaraní 26/11/2011, Cecilia 9/1/1971 con Hugo Hernández López 18/2/1958 hijos Karla Cecilia 12/3/1996 y Ruth Ivanna 24/10/2006, Miriam 2/9/1972 con Leonardo Villa Salcedo 24/2/1971 hijos Paulina 24/1/2002 y Mariana 16/8/2005, Judith 6/1/1974 con Héctor Agustín Rodríguez Núñez 23/9/1967 hijos Dariana 25/7/2000, Héctor Elí 1/8/2004 y Matías 16/4/2010, Norma 2/3/1979 con Carlos Enrique Guzmán Nava 28/10/1980 hijos Camila 28/7/2007 y Jimena 19/8/2009, Noé 23/9/1980 con María Guadalupe Navarro Rivera 29/7/1981 hija Leneth 15/9/2011; 7º Adolfo 12/3/1946 con Genoveva Aguirre Godínez 25/12/1954 hija Anaís 15/1/1986 con Édgar Salvador Esquivel Camarena 6/8/1985 hijo André 18/3/2016; 8º Evangelina 11/3/1948 con Jorge Enrique Orozco López 5/4/1945 hijos Jorge 13/2/1976 con Teresita del Niño Jesús Godínez Romero 2/9/1974 hijos Santiago de Jesús 16/9/2000 y Fernando Guadalupe 25/7/2005, Ana Luz 28/4/1981 con Manuel Flores Martínez 2/10/1980 hijo José Manuel 5/1/2016, 9º Rosa María 21/2/1950 con Luis Guillermo Villalpando Ochoa 19/1/1949 hijos Diego 8/7/1976 con Mónica Mosqueda Martínez 14/2/1977 hija Daria 8/10/2004, Isaela 2/9/1980 con Víctor Valles Gómez 21/8/1977  hija Valentina 9/8/2013; y 10º Jorge 27/10/1954 con María de los Ángeles Fontes Caballero 9/4/1956 hijos Georgette 6/11/1978 con Juan Ignacio López Yuen 5/3/1974 hijos Mateo 26//2008 e Ián 28/1/2011, Ángeles Ivette 15/5/1982 con Ricardo Preciado Loza 19/3/1982 hija Ximena 27/10/2015 y Jorge Francisco 4/10/1986.   
TRONCO DE LA TORRE GUTIÉRREZ
FELIPE DE J. DE LA TORRE GALINDO/TERESA DE JESÚS GUTIÉRREZ GARCÍA
Francisco José 4/3/1964 con Fernanda Gabriela Ramos Genel 13/4/1964, hijos Francisco 29/4/1995 y Darío Manuel 29/4/1997; Alma Rosa 7/7/1965 con Víctor Aarón Sánchez Flores 1//7/1964, hijos Cristóbal Felipe 17/4/1991 y María Renée 29/12/1994; Adriana Teresita 18/11/1966 con Marco Aurelio Sierra Lázaro 5/5/1966, hijos Lázaro 30/1/1999, Abril 27/9/2000 y María Azul 12/11/2003; Carlos Felipe 4/11/1967 con Mónica Alejandra Martínez Baumbach 20/12/1968, hijos Santiago 27/1/1997, Sebastián 31/10/2001 y César 17/6/2009; y Claudia Patricia 31/8/1969 hija Valeria de la Torre Gutiérrez 1/6/2005.

lunes, 3 de octubre de 2016

BANAMEX GUADALAJARA 3, INDEPENDENCIA

En Zacapu, Mich., mi primera gerencia Banamex del 1 de Enero de 1969 a fines de  septiembre de 1970, para entregársela a Adalberto Carvajal Herrera y recibir en mi segundo regreso a Guadalajara la sucursal que menciono en el rubro de manos del Sr. Federico Mendoza García, logré gracias a Dios, sin falsa modestia, una actuación realmente extraordinaria, superando con creces, en tan sólo un año nueve meses, los requerimientos y pronósticos que en la Dirección de Occidente estimaron previamente mis superiores, encabezados por don Adolfo Sánchez Medal y sus subalternos, entre ellos Fernando Garza Lira del área administrativa (ver relatos Banamex Zacapu y Banamex Guadalajara Dos) 
Inicié Zacapu con una penetración bancaria promedio del 72%, que se les  hacía imposible que pudiera mejorar, y la entregué con más del 80%, compitiendo con todos los bancos, privados y oficiales de entonces. Dejé por ejemplo en ceros las carteras vencidas e, inaudito, las castigadas de años anteriores, representando una verdadera hazaña por el lado que se le vea; así mismo logre tener el 100% en Créditos Hipotecarios para Vivienda de Interés Social y de otro tipo; abrí Planes Agrícolas únicos en la banca  privada y oficial para el cultivo del Maíz del Temporal en el altiplano zacapense y para Lenteja en los municipios de Coeneo y Huaniqueo.
A mi sucesor tuve que entregarle mi cargo durante dos meses en vez de uno porque decía no poder con el paquete, mes y medio inicial, irme a recibir Independencia en quince días y volver quince a terminar. Quiero recordar al caso que la prolongada subgerencia previa de Guadalajara la había entregado a dos compañeros en vez de uno, a Enrique Pérez Maestre y José Quiroz Jr. Como pensé que iba a suceder, por la forma en que sabía que Carvajal estaba trabajando, unos meses después me llamó don Adolfo para pedirme que le hiciera el favor de aclararle unas quejas que les estaba presentando.
Al día siguiente, como quedamos, me presenté en la Dirección y después de esperar un buen rato, como por costumbre pasaba con las citas, de lo que bromeaba con la afable secretaria  Srta. María Dolores Pelayo Gutiérrez –“ya viene a perder el tiempo Sr. De la Torre” –“la verdad sí Lolita” Me recibieron después de un buen rato, creo adrede, en la sala de juntas nada más y nada menos que siete funcionarios incluyendo al Sr. Sánchez. Después de  mi expresión “¡ah, con que montoneros!” y la falsa de ellos “para terminar pronto” empezamos a trabajar.
La lista del quejoso era enorme y hasta ridícula, pensé sin manifestarlo que entre él y el funcionario de revisión de crédito presente como fiscal o abogado defensor del banco, con quien había tenido los álgidos enfrentamientos en Zacapu, descritos en el relato homónimo, hubiera una connivencia falaz.
Insistí en que analizáramos caso por caso, lo que nos  llevó varias horas. Salí airoso de todo afortunadamente y de manera contundente ante los argumentos del abogado oficioso del diablo. Don Adolfo con todos los mirones que prácticamente fueron sólo eso, me felicitó y manifestó que no había problema alguno, contestándole que para mí sí lo había y que todo lo que habíamos comentado se lo iba a poner por escrito en el siguiente fin de semana para no distraer mi trabajo normal en la sucursal; lo cual hice puntual y conservo una copia.
La jurisdicción o área de trabajo de Independencia era, y de alguna manera hoy quedan rezagos, la parte brava de Guadalajara. Zona roja o de tolerancia, infinidad de giros negros y seminegros y de otra índole no muy ortodoxa; antigua central camionera, talleres micro, pequeños y medianos y hasta grandes, así como de la misma forma transportistas de carga local y foránea, etc. etc. muchos jóvenes en el personal del banco fáciles de desviarse de las formalidades de la institución, obligaban desde luego a andarse con cuidado.    
Por otra parte, nuestro campo de trabajo contaba con la gran mayoría del ramo de talleres y artesanos individuales de la joyería trascendental e importantísima de Guadalajara y del país, resultando que el abasto obligado de oro laminado por parte del Banco de México, se adquiría en la sucursal de BNM de Aves. Juárez y  Corona; resultando esto incongruente y por otra parte atractivo para las operaciones de mi sucursal. Convine a través del cajero principal de la sucursal Guadalajara Antonio Paz Miranda, mi amigo, mediante el registro de usuarios correspondiente, nos facilitara la distribución del metal.    
Así, se atendieron las necesidades de joyeros prestigiosos como los hermanos Peregrina a quienes conocía desde los años 50´s cuando les vendí las monedas del Sr. Cura José de la Torre Rueda (ver Banamex Atotonilco) Jacinto Vázquez Plascencia, José Luis Pérez Valadez, Rigoberto Vázquez Ruiz, Mario Reyes, Silviano Hernández Gómez, Jesús Figueroa Gómez, Guillermo Morán Rivera, Jesús Figueroa González, José Guadalupe y José González Navarro. Varios familiares de éstos son ahora propietarios o socios de los centros joyeros ubicados en las Plazas Tapatía y Expo Guadalajara.  
Según dije recibí Independencia en la primera quincena de septiembre de 1970. Como lo hice en Zacapu, empecé por revisar la cartera vencida en sus diferentes formas, encontrándome con verdaderas joyitas del mal hacer de mis antecesores; créditos castigados innecesariamente y, de asombro, un enorme fajo de cheques foráneos o de remesas en camino claramente fraudulentos, cuya práctica se había convertido en la sucursal en un deporte muy socorrido. Procedían en su mayoría de chequeras falsas de diferentes bancos principalmente de los estados norteños, comprados en el mercado de abastos que era la  principal fuente proveedora. Expedidos generalmente por cantidades de siete dígitos medios incluyendo centavos, bien formulados, muchos elaborados con la misma máquina de escribir, que ya era el colmo. Jinetear el dinero de un cheque de esos por hasta más de un mes era buen negocio financiero.
De la cartera  vencida morosa castigada, voy a mencionar sólo dos casos.
I.-El de un crédito asegurado  con garantía hipotecaria enviado al hoyo dizque por no poder deslindar el lote de terreno de la Colonia Independencia que el nada recto empresario Antonio Alcaraz Asencio entregó como pago. El abogado externo del banco, conocido de todos nosotros, festivo y dicharachero que manejó el caso por el banco, Aurelio Robles-Castillo Canto, cuyo papá del mismo nombre y profesión fue el autor de la novela y famosa película Ay Jalisco no te Rajes con Jorge Negrete y director de debut y despedida de su continuación El Ametralladora con Pedro Infante, al inquirirle el asunto me contestó, con toda cachaza que el deudor era su compadre y que luego este le vendió el terreno a una de sus hermanas.
El tongo lo comenté de inmediato con el Lic. Gonzalo García Velasco, jefe del Departamento Jurídico de la dirección, con quien me llevaba muy bien, bromeándole que su departamento no servía para nada, como así fue la acción al respecto.
El citado departamento jurídico de la dirección occidente del banco, estaba constituido aparte del jefe García Velasco, según recuerdo, por los abogados Luis Manuel Meján Carrer, Jorge Godínez Orozco (QEPD) muy alegre y popular, José Luis Aguirre Anguiano, Arturo Magaña López, Gilberto Macías Flores y Ernesto Valladares Rojo. Como abogados externos el Lic. Robles-Castillo Canto mencionado antes y Sergio Aguirre Anguiano que al tiempo fue magistrado de la SCJN. Antes de este departamento había sido abogado consultor principal el Lic. Notario Jorge Arauz, con quien traté mucho en mi primera estadía en la sucursal Guadalajara en 1961, en tiempos de don Amador Murguía Blancarte.  
Continúo con el asunto anterior. Había dado orden desde mi llegada que al cierre de labores de cada día me pasaran, básicamente para labores de promoción ante los giradores, los cheques de otros bancos a partir de $5,000.00 (pesos de 1970) que hubieran caído en las cajas, resultando que un día veo un cheque del Banco Abomrad local del Sr. Alcaraz por una importante suma. Me comuniqué de inmediato con Gonzalo espetándole que ahora si su departamento podía servir para algo. Se le embargó la susodicha cuenta cobrándole al moroso hasta la risa incluyendo un préstamo personal.
Por esos días, mi cliente primo, tío y compadre Pedro Galindo de la Torre, me invitó a una fiesta por su cumpleaños en su casa en Av. Ávila Camacho y la ahora Jorge Álvarez del Castillo. Pomposamente me presentó a sus amigos don Jesús Campos y al Sr. Alcaraz. Evidentemente pensé que si el sujeto supiera lo que le había hecho, cuando menos hubiera comentado algo al respecto.
II.-El del crédito de una mueblería que manejaba el junior “todo lo puedo y me vale” en lugar del papá incapacitado, que describo en el relato Un Cliente Moroso y Fanfarrón” de estas vivencias.
En no pocas sucursales de Banamex, y más en los demás bancos de entonces, por costumbre y básicamente por comodidad o flojera, falta de profesionalismo de los gerentes y otros funcionarios bancarios, se otorgaban créditos en Préstamos Directos y descuento de Letras de Cambio fingidas, por manga ancha o fax track como ahora se dice, en vez de ocasionalmente o como facilidades puente, de manera viciada o permanente, en vez de elaborar los estudios pertinentes para atender sus necesidades de financiamiento de acuerdo con el ramo de actividad de cada sujeto de crédito, con Aperturas de Crédito de Habilitación o Avío y Refaccionario, para los productores; Créditos Comerciales nacionales o extranjeros con o sin  documentos de embarque para ventas o compras en el interior o en otros países; Préstamos para Adquisición de Bienes de Consumo Duradero (ABCD) y hasta Préstamos Personales a un año en pagos mensuales para cualquier actividad, en especial para micro o noveles empresarios (ver al caso el relato Martha y también Banamex Zacapu)   
El funcionamiento de la banca actual, en manos extranjeras de ávida vocación usurera, está precisamente sustentado en el cobro de tarifas de servicios por todo, que antes no se cobraban, y son plenamente leoninas y muchas veces falaces: caso nada raro, te envían una tarjeta de crédito no pedida que rechazas y ni siquiera recibes; al tiempo (hasta años) te presentan una cuenta por varios miles de pesos iniciada por las cuotas anuales de renovación más intereses sobre intereses que te puede provocar hasta un infarto.
En vez de una atención personalizada, amigable y de tono  humano, se manejan por lo que los sistemas electrónicos, muchas veces estúpidos y carentes obviamente de criterio, les indican. Les faltan los roles de antaño in situ de prospectación y promoción como vocación bancaria profesional para cada cliente o prospecto.
¿A qué cliente tarjetahabiente no le llegan continuas ofertas de préstamos pre autorizados por sumas importantes sin que medie absolutamente ninguna propuesta ni identificación previa? Por un pago mensual fijo a múltiplos de 12 (1, 2, 3 y hasta 5 años) en que te ofrecen un cobro fijo por cada $1,000.00 que pidas, presumiéndote un 12% de interés anual sin mencionarte jamás el IVA respectivo y otros factores ocultos. Después de que calculas al respecto caes en cuenta que el costo es altísimo y un engaño, y si en mala hora lo aceptaste, para pagarlo anticipadamente y cancelarlo debes dar mil vueltas y pagar en el ínter varios mensualidades para que te lo quiten.          
Vamos a mencionar algunos otros clientes, perdonándome muchos que se me olviden, de mi clientela normal de Independencia.  
Don Jaime Piza Zavalveytia del ramo industrial y del transporte pesado de carga e inversionista.  Conocí su fábrica y talleres de sus trailers, sus oficinas e incluso su casa habitación, una mansión en Aves. Américas y la ahora Jorge Álvarez del Castillo zona de la glorieta Colón. Don Jaime mantenía en el banco unas inversiones millonarias a 10 años que en justicia deberían tener ya un mejor tratamiento; a mi consejo obtuvo de la dirección un ajuste financiero considerable.     
Posteriormente a mi salida del banco tuve oportunidad de compartir con alguno de sus hijos, creo que con Pedro, en algún evento de negocios cuando yo era consejero en la Cámara de Comercio de Guadalajara. Varios de sus hermanos son empresarios ahora en diferentes empresas como Rancho Santa Teresa, TeAgave, etc.
Los dos hermanos propietarios de Cía. Textil Alma, dueña entre otras marcas de los brasieres Lulyis Brass. El primero, creo que don Heliodoro, muy propio, manejaba las tareas administrativas y el segundo muy festivo y dicharachero las ventas y relaciones públicas, quien solía nombrarme el tigre de la calzada. Llegué con mi esposa a asistir a eventos en la enorme casa de don Heliodoro en Lomas del Valle.   
Dos hermanos argentinos de origen alemán dueños de la empresa de aceros finos Casa Sommer, actualmente ramificada en gran parte del país, con quienes disfrutamos en su casa más de una vez la cocina alemana, en especial sus incomparables salchichas teutonas.
Acero Sueco Palme, del mismo giro de la anterior, también extendida a varios estados de nuestro país, de cuyos funcionarios desafortunadamente no me acuerdo.  
Tequila Orendain manejada por don Jaime Orendain y sus hermanos, sucediendo a su papá el fundador de la empresa en 1926 Sr. Eduardo Orendain González, a quien también traté  en Tequila, Jal.  
Autopartes Legítimas de don Ignacio Jiménez Navarro en sociedad con don Salvador Pérez de León Figueroa (QEPD) Don Nacho (QEPD) fue propietario también de la Gasolinería en Álvaro Obregón y Churubusco, contra esquina de la parroquia de la Purísima Concepción (La Concha) De familia alteña jalisciense, fue muy afín a la familia Banamex, en particular conmigo, acompañándonos por muchos años a las reuniones mensuales del Grupo Amigos Banamex Guadalajara que organicé y manejo desde enero de 1996. 
Los señores José Luis y Afif Kabande de la industria zapatera ubicados en Xicotencátl a unos pasos de Gómez Farías, muy cerca del Cuartel Colorado. 
Las sucursales nacionales de Cía. Fundidora y de Fierro y Acero de Monterrey e Industrias Químicas de México, cuyas direcciones no recuerdo,  lo mismo que de Perfiles Guadalajara.
Don Salvador Ruvalcaba Ruvalcaba era el dueño entonces del centro nocturno El Zombi (ahora Lipstick) mencionado antes y de varios moteles de paso. Llagaba todos los días temprano al banco acompañado de un compadre y ayudante administrativo, con bolsas de dinero en efectivo a granel en papel de estraza. En caja se le contaba para acreditar a su cuenta corriente de cheques. En una ocasión surgió un faltante de $10,000.00 (como el que en seguida también describo) un dineral en aquellos tiempos. Al confirmar que se le habían abonado de más (inserto un 1 antes de la cifra de miles) y a su respuesta que si algún día hubiera habido sobrante, nunca le habíamos dicho; como al fin a Pedro Angulo, cajero principal, le tenía mucha confianza, después de contestarle que la cajera iba a pagar y responder en broma “que se joda por pendeja” y luego “no hay problema, mañana que me los descuente” se solucionó el problema.
Igual, otro día como a las 4 de la tarde, tres horas después del cierre, Pedro Angulo no encontraba otra “pata” por la misma suma. Al estar revisando las posibilidades de encontrarla, al fin le pedí la bolsa de lona donde el Servicio Panamericano de Protección había entregado una dotación en billetes de la misma suma, encontramos que tenía una ranura en la parte inferior. Llevamos al día siguiente el cuerpo del delito a la sucursal Guadalajara, resultando que el hábil chofer reconoció la extracción del billete usando un simple pasador para cabello femenino.       
Un  viernes en la mañana como a las 11 o 12, un viejito cuentahabiente de ahorros, pidió hablar conmigo (atendía en  mi escritorio a todo mundo y hasta varios al mismo tiempo)
-Discúlpeme Sr. gerente. Fíjese que vine a cobrar mis intereses (semestrales) y el cajero me hizo firmar dos recibos -Permítame su libreta, venga por favor mañana como ahora y le tengo resuelto su asunto. Llamé de inmediato al Contralor.
-José Luis, de los comprobantes de operaciones diarias, dóblame las fichas de retiros de ahorros de los últimos tres meses, es urgente, que te ayude tu secretaria -¿Para que los quieres -Tu concrétate a traerlos.
Al rato
-Relacióname los recibos duplicados y por quienes fueron autorizados cada uno. ¿No caes ahora en cuenta de lo que pasa?  -Pues no -¡Ah! Pues se trata de fraude.
Por teléfono con Gonzalo García Velasco del Departamento Jurídico
-Tengo involucrados en un desfalco con intereses de cuentas de ahorro a cinco empleados
-No podemos dejarlo para otro día –No Gonzalo, es viernes -Voy a mandar al Lic. Meján -De acuerdo.
Así, con la intervención del abogado Meján, mediante su renuncia y sin proceso penal alguno, se fueron a su casa cinco promisorios jóvenes empleados, entre los que se encontraba uno recién ingresado y otro que al tiempo fue funcionario nacional importante de una empresa transnacional europea.
El Lic. Gonzalo García Velasco, según datos que encontré en internet, duró 35 años en BNM, los últimos como Director General Jurídico y Secretario del Consejo de Administración;  Consejero Propietario Independiente de American Express Bank México; socio fundador de García Velasco, Martínez de Velasco y De Luca, S.C. y Doctor en Derecho de la Universidad Panamericana. 
El Lic. Luis Meján Carrer fue luego en México importante miembro de abogados de BNM en la Dirección General, luego director del Instituto Federal de Concursos Mercantiles, (par  con la Ley de Quiebras y Suspensión de Pagos) organismo auxiliar del Consejo de la Judicatura Federal; ahora catedrático del ITAM y miembro de la Barra Mexicana de Abogados, A. C.
A unos meses en Independencia me llegó don Urbano Díaz Aguirre, quien me ingresó al banco de una manera muy especial en junio de 1954 (ver relato Banamex Atotonilco) a pasarme visita de crédito de la dirección general del banco. Nos dio mucho gusto reencontrarnos. Antes de empezar su cometido me informó que se seguía a otra sucursal porque conmigo no tenía mayor cosa que hacer. 
Por contra, el rol de visitas similares pero de la dirección occidente a cargo del Sr. Joaquín Ruiz Fernández, con quien tuve situaciones de trabajo muy álgidas y tensas (al caso, relato Banamex Guadalajara 1) lo inició conmigo, sirviendo de un acercamiento y limación de asperezas formidable y afortunado y de amistad hasta su fallecimiento.
Menciono finalmente; una organización filantrópica europea, creo suiza o alemana, en virtud del programa exitoso de financiamiento al cultivo de la fresa en Zamora a pequeños productores ejidatarios con la Cía. Heinz Alimentos (ver relato Banamex Zamora) implantó un programa social de ayuda en la población de Zapotitán de Hidalgo, Mpio., de Jocotepec. El Sr. Ruiz Fernández con información de lo de Zamora, asignó a Independencia el asunto, que en realidad no tenía mayor participación adicional, pues ellos traían todo elaborado y sólo querían cobijarse de alguna manera con la imagen del banco.
Por otra parte, ya había decidido dejar a BNM para dedicarme a negocios y actividades propias que en correspondientes relatos detallo.