La situación en
Garabatos, municipio de Tototlán, donde vivíamos, rancho que divide los de
Tepatitlán y Atotonilco, se tornó difícil para mi padre, por lo que a
principios de 1939 decidió que nos trasladáramos a San José de Gracia,
municipio del segundo. Las tropelías de Alfonso Aranda, comisario del ejido
Garabatos, al echarse para atrás en el arreglo para que mi padre agostara las
doce o quince cabezas de ganado básicamente vacuno que poseía, en las tierras
que, irónicamente, a su familia y a otras del rancho, se les había arrebatado
al instalarse ahí el indeseable e innecesario ejido, en virtud de las malas
artes, en connivencia con el gobierno, del sinvergüenza Cirilo Franco (ver relato
Un falso hacendado)
Esta población
es una de las prósperas delegaciones municipales de Tepatitlán, como Capilla de
Guadalupe que ha estado pugnando por convertirse en municipio; Pegueros y
Capilla de Milpillas. Su templo parroquial, construido a partir de 1888, es de
gran mérito arquitectónico. Fue fundada en 1793. Su asiento fue el lugar
conocido como El Bramadero o El Bramido donde desde principios del siglo XVIII
se sabe vivía la familia del Sr. Cristóbal Hernández Gamiño, cuyos bisnietos
hermanos Francisco, Salvador, Antonio Rafael y José Antonio Hernández Padilla,
se repartieron las tierras con sus familias a principios del XIX.
Este apellido es
sumamente común en la región alteña jalisciense y más en esta localidad, en la
que cuando menos han existido cuatro troncos familiares: el citado de los
fundadores, el del doctor Jacinto Hernández, el de los hermanos Hernández Martín
del Campo, comerciantes que se radicaron en Atotonilco y el del Lic. Arcadio
Hernández, esposo de la tía abuela paterna Herlinda de la Torre Angulo (ver relato
Un drama de la Revolución Cristera)
Entre sus
personajes célebres menciono a la Lic. Nubia Macías Navarro (1966) directora de
FIL (Feria Internacional del Libro de Guadalajara) y del Grupo Editorial
Planeta y ahora con bufete por su cuenta en la Ciudad de México.
El tío Rafael,
hermano de mi madre, que siempre apoyó, como mi abuelo, a mi padre, le compró
el ganado. Con el producto adquirió una casa en el centro de San José de
Gracia, en la calle Corona número 54 según recuerdo, así como una máquina
manual para embotellar refrescos, de aquellos con tapón de corcho y gancho.
Tenía tres años,
y como de otras cosas a temprana edad, recuerdo que era una máquina de forma
vertical que alojaba arriba el recipiente con el líquido o fórmula a envasar,
en medio un espacio para sentar las botellas una a una y rellenarlas, y abajo
un pedal para maniobrar la operación. Al envasar, como podía, le ayudaba a mi
papá arrimándole botellas limpias para llenar.
Ahí vivían la
tía abuela Herlinda de la Torre Angulo, hermana de mi abuelo paterno, cuyo
esposo Arcadio Hernández se menciona en mi relato Un drama de la Revolución
Cristera; el tío abuelo Abelino González Franco, hermano de mi abuela materna,
con su esposa la Sra. Ma. Soledad Navarro y su familia; el Sr. Jesús Angulo
Navarro, primo segundo de mi abuelo paterno, y su esposa Micaela Gutiérrez
Gutiérrez, de quienes con su hijo Pedro fuimos compañeros en Banamex.
Otras familias
conocidas eran las de Wenceslao “Wence” González y su esposa Dolores Álvarez
cuyo hermano Luis se casó con mi tía Josefina de la Torre Galindo, hija de mi
tío abuelo Jesús; las Srtas. Antonia y Refugio González; las Srtas. Aceves
Hernández, benefactoras del pueblo; Epitacio González, hermano de don Wence;
Emilio Ferreira Navarro, esposo de María de Jesús Hernández, todos
comerciantes; así como las de don Jacinto Hernández, famoso como médico
práctico, cuya hija María Ignacia fue la esposa del connotado Dr. Luis Martínez
Torres, originario de Arandas, dueño fundador del hospital El Cármen de
Guadalajara, en el que el día de su inauguración, 18/11/1966, nació mi hija
Adriana; y la de Jacinto Angulo y su esposa Aurora Esqueda Valle. Además, la
muy estimada familia benefactora de Atotonilco de la casa Valle de don Lorenzo
Valle Valle, que llegó ahí desde San José de la Unión o San José Casas Caídas,
Mpio., de La Barca, procedía de este lugar.
Don Mariano
Velázquez de Atotonilco decidió enviar su refresco a San José, similar de
tapón, pero más barato, y peor, empiezan a llegar los refrescos con el
revolucionario tapón corona de las marcas conocidas y de embotelladoras
grandes. Mi padre atendiendo un mal consejo, traslada la máquina a Juanacatlán,
no lejos de Guadalajara, sin mejor resultado.
Entonces decide
regresar al campo que tan bien conocía. Le vende la casa al tío Jesús Galindo
Franco, esposo de la tía Consuelo hermana de mi madre, su prima hermana y su
tía en segundo grado.
Trata en el
rancho El Salvador la compra de una propiedad de unas 13 o 14 hectáreas (50
solares) prácticamente abandonada de muchos años, a un anciano don Teodosio,
que vivía con su esposa y una hija solterona, que en nada podían ayudarle en su
manejo. El precio pactado luego le pareció bajo al vendedor, y mi padre tuvo
que pagarle una suma adicional. En virtud de tal acción, “Don Tocho” fue luego
en el rancho sinónimo de rajón.
Al irnos a San
José, mis padres ya con tres hijos seguiditos, este relator, María Mercedes y
José Luis, se llevaron consigo a la nana doña Manuela Cortés, que ya tenían en
Garabatos, tía de Ángel “El Manso” que es motivo de otro relato en estas
vivencias. Era una señora muy afable que nos quería mucho e intervenía, en la
medida que podía y se atrevía, ante el carácter extremadamente duro y exigente
de mi padre, como por ejemplo a mi favor, cuando me reprendía por no poder
hacer las tareas difíciles que para mi edad me encargaba.
Doña Manuela era
de las personas que presagiaban cosas. Continuamente contaba relaciones de
aparecidos y tesoros. Les decía a mis padres que en la casa asustaba, que veía
un ánima en un lugar fijo donde ardía. Mi padre nunca le hizo caso, y la
disuadía de sus historias. Los tíos, nuevos dueños, luego desenterraron una
considerable cantidad de monedas de oro, hallazgo que la tía confirmó en más de
una ocasión ¡Lo que no toca, no toca!
Las hazañas de
trabajo que llevó a cabo mi padre para poner al mejor nivel esta
propiedad, no desmerecen las de un
verdadero titán. Las detallo en la narración Rancho El Salvador.
Unos dos meses después de
iniciar las operaciones de distribución en Guadalajara (lunes 20 de mayo 1974)
a través de mi empresa Promotora Editorial de Jalisco (PROEJSA) por ahí a mediados
de julio, recibí una inesperada y rudisíma llamada telefónica de don Marino
Carrera acusándome sin preámbulo alguno de estar invadiendo de contrabando la
agencia de Tijuana B.C., de su entrañable amigo el profesor Blanco, personaje
que menciono en el relato Éxito sorprendente cuasi milagroso de Proejsa.
Al contestarle con firmeza y
categóricamente que no estaba haciendo ni haría lo que inopinadamente afirmaba,
que buscara en otra parte, se quedó aún con un alto grado de inseguridad, y yo realmente
extrañado de su actitud y que tan fácil hiciera juicio tan fuera de lugar ¿de
qué habían servido las pláticas personales de ética que habíamos tenido antes
de iniciar el negocio? Me puse a pensar que no había otra distribuidora como la
mía que hubiera tenido un ascenso tan vertiginoso en las dotaciones, triplicarlas
en 60 días en mi jurisdicción, (referirse
de nuevo a “Éxito sorprendente … “) y
que el Sr. Carrera a la fácil diera por hecho un asunto tan delicado, que en la
selva salvaje de su entorno editorial
“el león piensa que todos son de su condición” Como una semana después me llamó
sin significativa disculpa, que habían descubierto que el contrabandista
era Gonzalo Jr. que había salido de la
Cía., como distribuidor en León, Gto., sustituyendo a su papá del mismo nombre.
Gonzalo era un funcionario
de Publicaciones Herrerías, joven promesa bajo la tutela de don Marino en su
dirección de circulación, lo traté de cerca en mis frecuentes visitas al D.F.
Estaba muy impresionado de lo que había logrado en Guadalajara. Luego decidió salir
de la Cía., a hacerse cargo de León
sustituyendo a su papá, conocido agente, cuyos apellidos no recuerdo y no he
podido identificar.
Respecto al modus operandi
del profesor Blanco de Tijuana, amigo de don Marino, echó su cuarto de espadas
a la ilicitud, como adelanté en el relato aludido, sembrándole mercancía propia
a uno de los mayores coyotes traficantes de contrabando y acusarlo de la
maniobra.
Mediante el marcaje de sus
dotaciones desde México, se descubrió el engaño. El contrabando de Gonzalo Jr.,
fue maniobra posterior. Por como siguieron las cosas el negocio del profesor
continúo como si nada.
Todavía me faltaba afrontar
y sufrir peores e insospechadas invectivas y golpes bajos de diversos frentes y
enemigos.
A la distancia ahora
recapacito que de alguna manera siempre fui para el medio un intruso que vino a
cambiar en Guadalajara con repercusiones a nivel nacional, la manera de hacer bien
las cosas. Don Pedro Fregoso, uno de los expendedores pioneros en Guadalajara, que junto con otros fueron desplazados en su
momento por don Adalberto Flores Sahagún, dijo a los cuatro vientos que hasta
que había llegado alguien que dignificara el medio.
El rechazo repetido de
prestarme a manejos turbios de parte de distribuidores colegas, sus segundos u oficiosos externos, coyotes
nacionales, funcionarios incluso de Publicaciones Herrerías o Novedades
Editores, acredita lo anterior.
La peor alimaña fue
Federico Sánchez Segovia, ex gerente de AFSA (Adalberto Flores Sahagún) en
Guadalajara, que se las ingenió inexplicablemente para conseguir ante don
Marino Carrera la distribución en Manzanillo, Col., y conjeturar y conspirar hasta
que el nefasto y traicionero nuevo gerente de Novedades, sucesor en mala hora de
don Fernando Canales Lozano, Samuel Podolsky Rapoport, con todo y los “enormes
y valiosos datos e información” que reconoció en la convención de la empresa en
Oaxaca, Oax., le había hecho el favor de proporcionarle, porque “la
administración anterior no le había dejado ni las llaves del escritorio” Este
señor que en NE le achacaban rarezas personales, fue funcionario de Bancomer
previo a su ingreso a la Cía.; actualmente debe seguir manejando un periódico
virtual de su propiedad; me gustaría que
casualmente leyera este relato.
Federico, aún como empleado
o administrador de AFSA, al instalarme con Proejsa, hizo públicas, para no
dejarlos, sus aspiraciones de participación social en AFSA a los Sres. Flores,
sin resultados favorables. Así, a través de no sé qué amigos o contlapaches fue
construyendo su plan de independización, y en el ínter aproximárseme, con su
labia inmunda en demanda de datos diversos para haber conseguido la distribución,
( ver relato Estudio de mercado ….) que si el estudio de mercado, que si tenía
atrás personajes influyentes y ricos, que si conocía o me conocía don Edel Castellanos
de la cadena del pacífico Librolandía, etc., resultando luego la consabida
concesión de Manzanillo por parte de NE.
Con anterioridad conforme
había ido transcurriendo el tiempo, propios como extraños me advertían
repetidamente de las argucias y trastadas de FSS; que tuviera mucho cuidado de
sus cochinadas. En una ocasión juzgué conveniente poner al tanto al Sr. Carrera.
Me respondió que no era para tanto y que si quería mi felicidad dejara las
cosas tal cual. No sospeché que las zalamerías y artimañas del sujeto las
estaba llevando a cabo en las distribuidoras master de la capital y en especial
en Novedades. Desde Manzanillo y en sus visitas a Guadalajara, no dejaba de
pedir favores específicos, como que le estaban metiendo contrabando de
Guadalajara, que les marcara mis dotaciones a los revendedores y coyotes
locales, que cuáles eran mis dotaciones de ciertas revistas, en que días de la
semana las sacaba al mercado, y otros buscapiés por el estilo. Como podía
sorteaba sus pesquisas bajo el discernimiento de proceder correctamente.
Fallece el Sr. Carrera, el
Sr. Canales Lozano en desavenencia con Rómulo O´Farrill Jr. sale de Novedades,
para advenir la catastrófica gerencia de Podolsky, que me pide, como lo
menciono con motivo de su reconocimiento falaz en la convención de Oaxaca, el
apoyo que le pueda proporcionar y hago hasta donde no comprometa a otras
personas. Federico logra su demoniaca labor y me suspenden la distribución. Tiene
la cachaza y descaro unos días después de hablarme por teléfono a mi casa
dándome explicaciones estúpidas que le corté antes de mandarlo al demonio.
Incluso en una ocasión cuando ya andaba arrastrando la cobija coyoteando lo que
podía, principalmente pornografía llegó, cuando visitaba el negocio de uno de
los expendedores mayoristas locales, quien al verlo espontáneamente expresó que
ya su negocio se había llenado de mierda.
A raíz de la improcedente
acción de SPR empieza el viacrucis interminable de idas a hablar con él, sacándole
siempre al bulto, delegando a segundones casi siempre abogados insulsos y
distantes e incluso en alguna ocasión al ex distribuidor de Acapulco, que había
perdido su negocio, y no ataba ni desataba nada.
Opté por enviarle copia de mis
peticiones de audiencia a la dirección general del Sr. O´Farrill, con
resultados absolutamente nulos; su secretaria o asistente particular, a mis
desesperados y angustiosos pedimentos, me decía que no me preocupara que
seguramente don Rómulo su jefe me oiría, pero para nada, sus oídos sordos jamás
respondieron. Me hice a la idea, sustentada por no pocas opiniones, que don
Rómulo Jr. como hijo de papi, al igual que otros herederos de corporativos
empresariales importantes de nuestro país, estaban a mucha distancia de sus
testores. ¿¡Como ignorar o no tomar en cuenta el insólito y provechoso estudio
de mercado y los resultados asombrosos de mi distribución en provecho de NE,
que por elemental lógica debía haber conocido o tener información?!
En el contrato previo de
distribución, protocolizado e inscrito en los Registros Públicos de Comercio, se
establecía con toda precisión que en caso de que alguna de las partes deseara
dar por terminada la relación comercial, debería dar aviso a la otra con 30
días de anticipación. Eso nunca ocurrió de parte de Novedades Editores.
Consulté y contrasté con expertos legales el caso y por absoluta unanimidad
aconsejaron la demanda. Me recomendaron el bufete local de abogados y Notaría
Pública 32, García, Tovar, Martínez y García. El Jr. abogado Héctor García Uvence se hizo
cargo, teniéndolo curiosamente que llevar de la mano en los tecnicismos aritméticos
y económicos para armar la reclamación.
En consecuencia Podolsky
Rapoport se dignó recibirme en su oficina. Platicamos normal y positivamente de
tópicos de la distribución y al final soltó:
-Pero usted Sr. de la Torre
ha demandado a la compañía
-¿Y que hubiera hecho en mi
lugar después de estarles buscando la cara hasta la saciedad y estarme jugando el
dedo en la boca, representándolo a usted funcionarios de muy poca monta, no digamos
sin facultades de decisión sino supinamente fuera de contexto?
-Espere noticias, vamos a
hacerle una proposición.
El rastrero Federico ya había
naufragado la usurpada distribución de Guadalajara, y lo mismo con un barco
para la pesca en Veracruz en sociedad, según presumía, con inversores contlapaches,
pájaros de cuenta como él ante la ley. Dejó en NE una deuda incobrable de más
de $1´000,000.00
No pasó nada; era público
que la Cía., en manos de SPR andaba ya bastante mal. Sale, como se esperaba,
por la puerta trasera y al tiempo, más obviamente por la demanda que tenían
prácticamente perdida, me citó a negociar a las oficinas generales Víctor Hugo
O´Farrill Ávila.
Después de platicarme las
desastrosas condiciones en que había caído Novedades con Podolsky, que teniendo
una valuación empresarial de más de $2,000´000.000.00 había retrocedido a sólo
$200´000.000.00 (10%) ¡Cuánto, sin duda alguna, deberían estar extrañando a los
Sres. Canales Lozano y Carrera. Le expresé, de manera por demás magnánima, que
lo que quería era trabajar, no obstante las condiciones de negocio venidas a
menos de la empresa. Firmamos el desestimiento legal correspondiente, cuando
fácil y legítimamente, hubiera pugnado por una ventaja económica millonaria.
Hay que aclarar que en la
pérdida de protagonismo y de mercado de NE, aparte de la pésima administración
sucesora del Sr. Canales, influyó la antipatía que las empresas competidoras le
guardaban a Novedades Editores por su colusión con PIPSA en el aprovisionamiento
del papel.
Como colofón, vale
mencionar que de las grandes empresas editoras distribuidoras que menciono
desde el estudio de mercado de 1974, que inicia esta serie, la última que
quedaba: CODIPLYRSA (Compañía Distribuidora de Periódicos, Libros y Revistas)
cerró por huelga a principios del presente diciembre 2017, la primera a la que
me tocó presentarle el estudio. El dicho con el que me lo recibió en aquel
tiempo don Everardo Flores Sahagún: “¿se quiere usted jovencito meter con
Sansón a las patadas?” encontró en su propia gente la respuesta.
Le habían antecedido en
desaparecer OENSA (Organización Editorial Novaro) Distribuidora Sayrols de
Publicaciones, Distribuidora Intermex, actual Televisa, DIMSA (Distribuidora de
Impresos) Publicaciones
Herrerías/Novedades Editores, que como ya cité, después de su declive, NIESA
(Nueva Impresora y Editora) que siguió sobreviviendo con una parte del fondo
(14 títulos) y Hevi Editores se mantiene únicamente con El Libro Vaquero, a una
periodicidad irregular y menos de una tercera parte del tiro semanal original. Podían haber agregado cuando menos a El Libro
Semanal fundada a principios de 1950´s y a El Libro Policiaco de Color.