lunes, 22 de mayo de 2017

BANAMEX ZAMORA, TEMBLOR Y OTROS SUCEDIDOS

Cuando después de diez meses como contador en Tepic, Nay., me nombró Banamex subgerente en Zamora, Mich., en mayo de 1964; trasladándome en la línea Omnibús de México a mi nuevo destino, después de transbordar a ésta proveniente del primer lugar mencionado, unos kilómetros antes de llegar el autobús se empezó a remolinear mucho y por poco se sale de la carretera. Creímos los pasajeros que el operador andaba en mal estado. Una vez que después de largos segundos logró controlar la unidad nos informó que estaba ocurriendo un temblor.
Encontramos Zamora en total oscuridad. El Hotel México en el que me habían recomendado que me hospedara, ubicado en la calle Guerrero, a media cuadra entre Las Avs. Madero y Morelos, en pleno centro de la ciudad, era también terminal del autobús, así como de los de otras líneas. El propietario y administrador, creo de nombre José pero no recuerdo sus apellidos, había encendido varias lámparas; era muy conocido y buena persona. Como en Tepic menos de un año antes, no escogí, para mi estadía de más o menos un mes, mientras encontraba casa y me llevaba a mi familia, el mejor hotel, que en Zamora era El Fénix por la misma Av. Madero en la colonia Jardines de Catedral. Me pareció bien el sugerido, la buena química con el dueño y además porque estaba a unos pasos del banco.  
Aparte de lo que precede, deseo agregar lo siguiente al relato Banamex Zamora.
A un poco más de una docena de kilómetros de Zamora por la carretera a Morelia, ya en el municipio de Tangancícuaro, se encuentra el Parque Nacional Lago de Camécuaro (decreto de Lázaro Cárdenas 8/12/1941) que es una maravilla de la naturaleza y lugar muy concurrido nacional e internacionalmente. La Unesco lo declaró Patrimonio de la Humanidad en 1960. Para profesionales de la comunicación, iucluso cineastas, ha sido un magnífico escenario. Estuve varias veces ahí. Los servicios entonces, subvencionados a los ejidatarios, eran algo rústicos pero de buena calidad, aunque no faltaban algunos brotes de inseguridad.                
Por la misma salida un poco después de Tangancícuaro, inicia la cañada de los Once Pueblos, ubicados todos en el municipio de Chilchota, cada uno de ellos, a pocas distancias, joyas de la cultura y costumbres purépechas, como todos los lugares del estado; son: Urén, Tanaquillo, Acachuén, Santo Tomás, Zopoco, Huáncito, Ichán, Tacuro, Carapan, San Juan Carapan y Chilchota. 
Tangancícuaro como Chilchota eran nuestras corresponsalías de la jurisdicción de Zamora y obviamente en los citados pueblos de la cañada teníamos clientes de los que recuerdo por ejemplo un comerciante bastante próspero en Carapan que se llamaba Agustín Benjamín Valentín, concurrencia en nombres y apellidos muy común en Michoacán. Además eran corresponsalías, que casi todas luego se transformaron en sucursales Banamex: Purépero, Los Reyes, Tingüíndín, Peribán, Chavinda, Santiago Tangamandapio, Ixtlán de los Hervores, Ecuandureo. Jacona, todavía entonces no conurbada, la atendíamos como local.
Quiero repetir por su importancia, aunque sí los consigno en el relato Banamex Zamora, el plan único hasta donde sé, de financiamiento agrícola al cultivo de fresa, en coordinación con la empresa Heinz Alimentos, a productores ejidales a partir desde una hectárea y hasta menos, el cual mi jefe, don Claudio Pita Hurtado, dejó a mi elección aceptarlo de parte del banco y que fue, con sus circunstancias especiales, como aglomeraciones excesivas en el recinto de la sucursal por anomalías del delegado de Heinz, un verdadero éxito y precedente que no se continuó en la institución.   
Así mismo, igualmente luego desestimada por el banco, la campaña Olimpiada Nacional de Apertura de Cuentas de Ahorro promovida con motivo de los Juegos Olímpicos de 1968 en que obtuve el Campeonato Nacional de Región Occidente por número de cuentas aperturadas. El trabajo para conseguir el galardón fue verdaderamente titánico mediante la promoción en las escuelas primarias, particulares y oficiales, de la Perla del Duero.
Y para no extenderme más, mi participación, como subgerente, en el seminario piloto de BNM en la ciudad de México, para gerentes y funcionarios de dirección seleccionados, sobre el tema algo así como la toma de decisiones o reacción personal psicológica ante la actuación personal como parte de la institución. El curso de cuatro semanas, lunes 30 de mayo a viernes 24 de junio de 1966, fue muy significativo y se nos premió asistir al término a la semana anual de Ejecutivos de Ventas.
Para asistir a la inauguración del Estadio Azteca el domingo 29, llegué al D.F. el sábado 28. Nadie de los compañeros ya arribados me quiso acompañar, asistiendo solo al juego América vs Torino de Italia. Empate a 2, iban 2-0 los cremas, goles de Arlindo y Zague, alcanzándolos Torino con goles de Gualtiere. Por cierto Televisa al celebrar el 50 aniversario el año pasado, mentirosamente dijo que el 80% de los asistentes eran fans del América, cuando simplemente por los espacios asignados a las porras, el del Guadalajara, no siendo local, era el doble del de cualquier capitalino y el que más se le acercaba era el del Atlante y enseguida el del Necaxa.