Del Sr. Navarrete, que después de la cristiada se había ordenado sacerdote jesuita, había leído tanto su obra principal Por Dios y por la Patria, como sus demás libros: El voto de Chema Rodríguez, Los cristeros eran así y Un jesuita rebelde; en uno de mis arribos junto con él al aeropuerto de Guadalajara, en que ambos esperábamos que nos trasladaran a nuestras casas, al ver que no llegaba su familiar, le ofrecí traerlo conmigo a la ciudad, pensando incluso que viviría por el rumbo del Instituto de Ciencias, como resultó, cerca de mi casa, pero para tener primordialmente la oportunidad de preguntarle acerca de la personalidad del 14. Indirectamente no le resulté desconocido al haberle notificado de alguna manera la Editorial Jus, que a través de mi empresa Promotora Editorial de Jalisco, había comercializado en Guadalajara más de 10,000 ejemplares de Por Dios y por la Patria.
Me transmitió casi entrecomillado lo que asienta al caso en Por Dios y… sin reconocer las enormes cualidades innatas que como militar y guerrillero cristero tenía Victoriano, me recalcó su sesgo mujeriego, contrario a los cánones del clero católico, que aparte de su espíritu de líder militar independiente, que se contraponía con la disciplina militar impuesta o plan de imponer del general en jefe del movimiento Enrique Gorostieta Velarde, eran los pecados capitales que el estado mayor cristero le imputó.
También se coincide en todos los escritos que se han hecho, que con engaños se aprehendió y encarceló en la cárcel de Tepatitlán a Victoriano, mediando la orden del entonces jefe de la zona el padre Pedroza y que al ir a llevarlo al paredón de fusilamiento el preso al maliciar las intenciones y tratar de escapárseles lo balearon y apuñalaron por la espalda.
El coronel Navarrete, junto con los demás mandos en la Cristiada, los padres Vega, Pedroza y hasta Gorostieta, no midieron en ningún momento la supuesta misión y acción traicionera de Mario Valdez, que trajo siempre de ojeriza al general Ramírez y entre sus perjuicios a la causa, supuestamente participó también en la emboscada en que falleció Enrique Gorostieta Velarde.