viernes, 29 de septiembre de 2017

ESTUDIO DEL MERCADO DE LAS PUBLICACIONES EN 1971 Y 1972

La afición irremisible a la lectura que hizo presencia a mis un poco más de 4 años, totalmente analfabeto, en el rancho El Salvador (Atotonilco) a donde llegamos en 1940 de la población de San José de Gracia (Tepatitlán) después de mis primeros tres años en Garabatos (Tototlán) en donde nací el 5 de febrero de 1936; originada al leernos mi padre, a mi madre y ya a cuatro de sus hijos, yo el mayor, la biografía de Guillermo Tell, encontrado en la citada población, que debe haber sido una edición infantil o juvenil carente de portada y una o dos hojas, debiéndole costar mucho trabajo ensayar primero, porqué tomando en cuenta que solo con un Silabario y Cartilla de San Miguel, cuidando las chivas de su papá, mi abuelo Cipriano de la Torre Angulo, se había enseñado a medio leer y escribir.
La épica del personaje, principal héroe suizo, que yo veía reflejada en gran parte en la actitud de mi padre, forjó mi inclinación a la honorabilidad y a las causas justas, y de igual manera fijó muy patente mi devoción e interés en la literatura y artes similares como el cine, los cómics, etc. Sugiero aparte de Guillermo Tell, leer los cinco relatos sobre el cine y Los monitos en Atotonilco, de la etapa infantil de estas vivencias.
A partir de mi primera estancia en la sucursal Guadalajara de Banamex, luego en Tepic, Zamora, Zacapu, observé de cerca que los negocios respectivos de los distribuidores de publicaciones periódicas, básicamente revistas y periódicos, aparte de una función educativa y social muy importante, eran magníficos negocios, atractivos para emprender, jugando mucho para ello la experiencia con los monitos en Atotonilco (relato rspectivo)
Mi biblioteca personal iniciada desde mis primeras compras infantiles en Atotonilco, la que contiene a la fecha más de 10,000 registros, con todo y haber perdido más de algún ejemplar valioso, independientemente de otros tantos de publicaciones y revistas populares. Al caso, la descripción somera de los apartados 8 y 9 de la clasificación Dewey, Literatura y Biografía e Historia, está contenida en ocho artículos que también están subidos al blog.
Al estar considerando de años atrás, sin expresarlo de ninguna manera, las posibilidades de separarme del banco, en las vacaciones de 1971 y 1972, de las pocas que tomé en los veinte años que ahí permanecí, planeé un estudio de mercado en campo, visitando mediante una estructura de rutas geográficas, las cabeceras municipales y poblados de 5,000 habitantes en adelante, abarcando una circunferencia de aproximadamente 200/220 kilómetros alrededor de Guadalajara, partiendo diariamente de ésta para regresar por la tarde o noche.      
El recorrido de cada ruta, previamente diseñado en el proyecto, con número y nombre propios, partía muy temprano de un punto o referente urbano de la ciudad, casi siempre de una Gasolinería. Marcaba el horario, el kilometraje a cada sitio a analizar, las clases y tipos de caminos y algunos otros datos referentes. El método en cada lugar consistía en identificar al distribuidor o proveedor de publicaciones al público y en su caso si contaba con revendedores ya fuera en quioscos o por entrega individual o suscripciones, las características económicas y personales del negocio, qué productos de la amplia gama del ramo comercializaban y, muy importante, si aparte de la venta alquilaba los productos  paralelamente. etc.   
Para identificar y en su caso localizar a los distribuidores, y a su vez obtener de cada lugar datos complementarios que me interesaban para otros objetivos (v. gr. datos de los cristeros y la revolución homónima, etc.) la mecánica fue presentarme ante el o los principales personajes de cada sitio, escogiendo en el orden según conveniencia al párroco, presidente municipal u otra figura que se me sugiriera, incluyendo obvio al distribuidor. Mi deseo y manera de empatizar en todo momento con los entrevistados siempre me funcionó muy bien. En algunas jornadas me acompañó mi hijo mayor Francisco José de siete años.      
El trabajo de 1970 y 1971 fue una verdadera odisea, sin precedente en el país, que ante la osadía, así calificada, de presentarlo en la ciudad de México a los magnates gigantes editores distribuidores de todas las publicaciones que cubrían la red de agentes en el territorio nacional, armó un revuelo mayúsculo que describo en el siguiente escrito. La cerrazón, hermetismo y celo de éstos, como una verdadera mafia, sobretodo porque el estudio provenía de Guadalajara, en donde el distribuidor era pariente carnal de uno de ellos, y en intentos fallidos de nombrar distribuidores ajenos, habían intervenido hasta las autoridades gubernamentales y eclesiásticas   
El minucioso trabajo abarcó casi todo Jalisco y partes, dentro del radio mencionado al principio, 200/220 kilómetros, de los estados de Zacatecas, Guanajuato, Nayarit, Colima y Michoacán.