martes, 27 de septiembre de 2016

"¡AH! PARA UNA BOTELLA QUE DEBEN HABERSE TOMADO"

Pasamos ese sábado de fines de septiembre o principios de octubre de 1970, por la licorería y oficinas del Sr. Tomás Barboza, una puerta antes del centro nocturno El Zarape, también de su propiedad como El Nopal contiguo, por la calle Gigantes a unas cuadras de la Calzada Independencia. Vi de reojo que don Tomás estaba despachando en su escritorio.  
El mesero, ya conocido, nos atendió con especial esmero, cayendo luego en cuenta que era por instrucciones de su patrón. Nos asignó de inmediato una magnífica mesa y al volver con el servicio, botella de Herradura blanco de litro y sus complementos, no me quiso cobrar y al volver por el rechazo que hice, me indicó que decía don Tomás que si me cobraba lo iba correr.
Había llegado a la gerencia de Banamex Independencia al dejar la de Zacapu y llevaba, con  mi esposa como invitados procedentes de esta última, dos matrimonios amigos que habían estado de acuerdo y entusiasmados por asistir a lugar un tanto escabroso y en una zona brava de Guadalajara.     
La velada les encantó a mis invitados. Consumimos dos botellas más de Herradura con botanas fuertes principalmente filetes gruesos de res de excelente calidad, acompañadas de su molcajete de salsa martajada mexicana (jitomate, chiles verdes, cebollitas cambray y tortillas recién hechas) Salimos los seis en la madrugada del domingo, en mejores condiciones que la mayoría de los que aún pernoctaban ahí y de muchos que ya se habían retirado.     
Nos habíamos encontrado algunos clientes y amigos conocidos, no faltando invitaciones de su parte que rechazamos por respeto a nuestras acompañantes. Algunas mujeres solas aventadas nos cocoreaban y echaban los perros, nomás por fregar. Uno que otro enamoradizo quiso echar su cuarto a espadas, ocupándonos de pararlo con el casual auxilio del cuerpo de seguridad del antro.    
El lunes siguiente en su visita al banco, le precisé al Sr. Barboza que no era ni remotamente mi manera aprovechar el puesto para obtener ventajas, que a sus dos centros iba con gusto desde tiempo atrás, así como a otros de la ciudad. 
-¡Ah! Para una botella que deben haber consumido
-No don Tomás, no es el caso, pero fueron tres y no de cualquier tequila
-¡Qué bueno, más que hubieran sido
-Así será en otra ocasión, pero por nuestra cuenta, o iremos a otra parte
-De veras, como me han dicho varios amigos, es usted un verdadero chingón, como gerente y como tomador
-Así las cosas caminan bien Sr. Barboza.
Entonces nuestra Perla Tapatía era muy diferente; podíamos transitar las 24 horas del día sin prácticamente problema alguno. No pocas veces fortalecer amistades o iniciar nuevas, así como atraer nuevos clientes al banco.
Era el auge de los restaurantes folklóricos de medio día hasta bien entrada la noche, con música en vivo de mariachis e intérpretes artísticos en boga. De la cadena Cazadores el campestre tradicional cerca de la glorieta del charro (con el mariachi Nuevo Tecalitlán que dirigía José “Pepe” Martínez, quien después se hizo cargo del Vargas de Tecalitlán a la muerte de don Silvestre Vargas) y el tequila “quemadito de la casa” que después se convirtió en el actual Cazadores. El Abajeño de la Minerva (todavía ahora en servicio) Carnes Asadas Tolsá; Rancho Grande por López Mateos Sur y Ave. Conchitas donde hacía temporada el dueto Lucha y Jorge (con su éxito Agraciada Golondrina entre otras) La Huerta por Javier Mina con temporadas de Emilio Gálvez, con su memorable interpretación de Señora Bonita, y las hermanitas Hernández; El Fandango en Francisco de Aysa y la 56, La Faena por Gigantes y la misma, otros en las inmediaciones del Estadio Jalisco y la Plaza de Toros El Nuevo Progreso, etc. etc.
Había muchos centros nocturnos aparte de los dos mencionados, independientes o en hoteles. El de los hermanos Reyes en su hotel de la calzada Independencia; el del penthouse del entonces hotel Hilton en Av. Niños Héroes a dos cuadras de la citada calzada, con una vista panorámica estupenda de la ciudad; El Afro Casino en Libertad 6 y la calzada. Más subidos de tono Guadalajara de Día, Rosa Murillo, La Caballona, La Coreana entre los independientes de moda nuevos, y de los antiguos el Zombi (ahora Lipstick) en la calzada entre Industria y República, propiedad con varios moteles de paso del Sr. Salvador Ruvalcaba Ruvulcaba (mencionado en Banamex 3 Independencia) en donde hacían temporadas largas los duetos Los Dos Oros y Los Dos Reales; El Dandy, La Tarara, La Habanita; El Chacho y El Chacho 2  por Álvaro Obregón, y muchos otros