Por ahí de enero
o febrero de 1971 o 1972 se acercó un día a eso del mediodía a mi escritorio de
gerencia de Banamex Independencia Guadalajara, un cuentahabiente de ahorros
mayor de edad, para preguntarme humildemente porqué el empleado al solicitarle
el retiro de sus intereses semestrales de diciembre, le había hecho firmar dos
recibos. Le dije que no se preocupara que si podía volver el lunes ya le tenía
aclarada su pregunta.
Me cayó instantáneamente
el veinte. Llamé al contralor solicitándole sacara del archivo los paquetes
diarios de comprobantes de los últimos tres meses y doblara las fichas
duplicadas de retiro. Al preguntarme para que las quieres, ya la rivalidad de
jefaturas entre azules y amarillos de Agustín F. Legorreta Chauvet, nuevo
director general del banco, había prendido, o trataba de prender, en algunos
contralores si el gerente se los dejaba trepar; le contesté categóricamente
tráemelos y luego te explico.
Al tener el
montón de paquetes con un número basto de fichas amarillas dobladas de retiro
duplicadas por un importe idéntico, le pregunté al funcionario administrativo ¿Te
enteras de qué se trata; a su contestación negativa, le ordené relacionara
todos los documentos por fechas, importes y los nombres de quienes los habían
autorizado, los subtotales por empleado y el total. Al verlo
todavía con cara interrogante, le espeté ¡se trata de un fraude de todos
estos muchachos! Aíslate para que no sospechen y dame los datos lo más rápido
posible; es viernes y tengo que hablar al departamento jurídico.
Con el abogado
Gonzalo García Velazco director de la citada dependencia, llevaba una relación muy
profesional, principalmente, entre otros, por el caso del terreno perdido ante
el Sr. Alcaraz Ascencio (ver relato Banamex Guadalajara 3 Independencia) Le
expuse que tenía un problema serio en la sucursal y que requería su asistencia
de inmediato.
-¿No lo podemos
dejar para el lunes, de qué se trata?
-Es viernes,
Gonzalo, se trata de un fraude con varios empleados en ahorros
-Te voy a mandar
al Lic. Meján ¿estás de acuerdo?
-Muy bien con
gusto veo el problema con él.
-¿De qué se
trata Felipe?
-Juan Manuel, a
estos empleados se les ocurrió hacerse de algo extra y están recabando dobles
recibos a los cuentahabientes de ahorros que vienen a retirar sus intereses
semestrales, son seis, el monto detectado en tres meses realmente no representa
una gran suma; uno de ellos de reciente ingreso creemos que lo hizo una sola
vez y por unos cuantos pesos.
-¿Y qué opinas?
-Considero que
después que reconozcan su error firmen su renuncia y se vayan sin más a su casa.
-Me parece
magnánimo de tu parte, pero tenemos de todas maneras que protocolizarlo ante
las autoridades ¿qué opina usted contador?
-Está bien
licenciado.
Así, sin mayores
perjuicios que el de perder su trabajo, prescindió el banco de media docena de
muchachos prometedores, para que buscaran colocarse en otros empleos. De uno de
ellos, al tiempo casualmente me enteré que estaba muy bien colocado en una
empresa internacional bastante conocida. Al comentarle la circunstancia a uno
de los empleados de Independencia de entonces y con quien he conservado una
larga amistad, me puso al tanto e incluso me comentó que en su momento el papá
con quien y cuya familia lleva una permanente amistad, le inquirió que si yo como
gerente no hubiera provocado una acción incorrecta, explicándole a cabalidad la
limpieza del procedimiento de mi parte.