viernes, 15 de diciembre de 2017

CENTRO NOCTURNO NACHO EL TERRIBLE EN ZAMORA

Llegando como subgerente a Banamex Zamora, Mich., a mediados de 1964, procedente de la contaduría de Tepic, Nay., Raymundo Quintana Vega, a quien le recibí el citado cargo, mi invitó en el primer fin de semana a un idem de farra. Como era mi costumbre de “solo a donde no me inviten no voy” comprobada mi facultad atoxínica de resistencia a los licores (ver relatos: Atoxinia, resistencia a los licores y Asomnia, dormir a voluntad, así como otros relacionados de estas vivencias)
Así, el sábado correspondiente (todavía trabajábamos dicho día en el banco hasta mediodía) nos la pasamos de maravilla en una de las trastiendas de un cliente importante,  que eran, y creo que lo seguirán siendo, un tesoro para reuniones un tanto privadas, muy socorridas en la Perla del Duero, en que la bebida y las viandas no le pedían nada a un  buen restaurante o cantina.  
Se hizo ahí la tarde noche, mejor dicho lo segundo. El estado de mi colega e invitador no era ya tan sobrio, sino más bien lo que sigue en estas andancias. Ofreció fuéramos a terminarla con su amigo Nacho El Terrible a su centro nocturno, por demás famoso y popular en el lugar.   
-Señores y señoras démosle la bienvenida y un aplauso cariñoso al amigo Raymundo Quintana del Banco Nacional de México, que viene acompañado de otro buen amigo funcionario del banco.
Fue el recibimiento que al frecuente cliente del lugar, mi compañero, le hizo el folklórico y festivo dueño del antro, el Sr. Ignacio García Alfaro, nombre que fuera del mote arriba  anotado, seguramente muy pocos conocieron y me proporcionó mi excompañero Banamex y amigo Salvador Mendoza García, ferviente zamorano.
Igual recibimiento daba el popular Nacho a clientes pudientes y frecuentes del gran granero michoacano del país, incluyendo personajes diversos y políticos cuyas fotografías acompañándolos exhibía en su negocio, como por ejemplo Paco Malgesto (Francisco Rubiales Calvo 22/02/1914-22/06/1978) conocido conductor de la radio y la televisión mexicanas. 
El tugurio estaba a reventar de parroquianos, muy adornado con cordeles multicolores en papel de china, un estrado central amplio para los bailadores, al que bajaban en su momento las coristas, demás animadores y cantantes de una estramancia con escalera en el techo acompañados de las fanfarrias correspondientes de El Terrible propietario.
En el sexenio de la gubernatura de Lázaro Cárdenas Batel, 15/02/2001-14/02/2008, se clausuraron en Michoacán, o desplazaron a sitios de mejor control, negocio y coto político, como sucedió muy marcadamente también en Guadalajara, Jal., en el mandato  01/03/1977-28/02/1983 de Flavio Romero de Velasco, Ameca, Jal., 22/12/1925 Guadalajara 02/07/2016, las zonas de tolerancia y prostitución de sus domicilios originales, desapareciendo en consecuencia en Zamora, según el Sr. Mendoza García, este y otros negocios, influyendo en el primero también la edad del dueño, quien siempre tuvo muy al margen del medio a su familia y él mismo se comportaba antes y después con toda normalidad y bien vivir vecinal en su vida privada.   

3 comentarios:

  1. Una precisión: el cierre de tugurios ocurrió durante el Gobierno del Ing. Cuauhtémoc Cárdenas...

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  2. Del cielo bajan
    El antro tenía mejor cara que el resto de los cuartuchos que lo circundaban, en una pequeña calle cerrada con barda y puerta en el centro de Zamora. Era la zona de tolerancia, una especie de vecindad, en donde sólo hombres se veían entrar, después de pasar la obligatoria revisión de los guardianes de la puerta de acceso a los lupanares, afuera de los cuales se apostaban en sus sillas mujeres jóvenes y maduras esperando al próximo cliente.

    La cara de Nacho “El Terrible” se asomaba por la pequeña ventana de la puerta de su exclusivo lugar, atisbando la llegada de público con disposición a pasar una velada con música romántica en voz del imitador local de Nelson Ned, y actos de estriptís con la histriónica participación de Nacho en el acompañamiento a las mujeres mientras bajaban del techo en un elevador danzando sin cesar, cualidad de la función que hacía particularmente atractivo el lugar, convirtiéndolo en parada imprescindible para algunos visitantes de la ciudad.

    Con el apoyo de un tubo en el centro del elevador la mujer en turno se movía al ritmo cortante de la batería, al que se unían los demás instrumentos del conjunto local, fieles seguidores de grupos de acendrada trayectoria romántica como Los Bukis, Los Babys y Los Ángeles Negros (“¡déjenme si estoy llorando!”), pero que en ese momento trocaban sus empalagosas baladas por la ejecución de música calificable con toda certeza de ser provocadora de graves actos carnales.

    En ese preciso instante entraba en acción Nacho el Terrible, quien gritaba con micrófono en mano y voz trémula “¡¡¡ahí viene, ahí viene!!!, uniendo sus ojos al del resto de parroquianos que los dirigían sin parpadear hacia la bailarina que ejecutaba desde las alturas el desprendimiento de su escaso ropaje. Ya en el piso, la artista de la Anda , no suripanta, aclarado por ella misma en conversación previa al show, portaba únicamente la última prenda íntima. Nacho insistentemente pedía que se la retirara y se la colocara en su cabeza: ¡¡¡”Coróname, coróname para que me haga más buey!!! le decía a la dama de rodillas en apoteosis teatral, quien finalmente accedía al enfático llamado de su devoto admirador.

    Con su trofeo en alto daba la espalda a la mujer en traje de Eva y se dirigía a las mesas de sus amigos, que bajo los efectos dionisíacos vociferaban y festejaban vulgaridad y media, llegando a gritar en repetidas ocasiones ¡¡¡Ya fornícatela!!! ante lo cual Nacho no se arredraba, sino por el contrario sacaba mayores fuerzas que lo llevaban a derrumbar de risa a sus ignominiosos consejeros con respuestas asertivas: ”¡¡¡que se la fornique la piruja de tu madre...!!!”.

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