sábado, 13 de septiembre de 2014

EL CLUB VICTORIA


Al inicio del Sexto de Primaria, por ahí de octubre o noviembre de 1950, el Sr. Agustín Contreras “El Abuelito” que se había salido del Club Atotonilco, uno de los más fuertes de la Interzona Cinco de la primera fuerza amateur de futbol de la región, le propuso a la dirección de la escuela, que presidía la maestra María Felícitas Sánchez Ramírez, formar un equipo con alumnos del ciclo mencionado.
Así nació el Club Victoria. El señor Contreras nos empezó a entrenar de inmediato en el campo Almenas, que se ubicaba rumbo a la estación del ferrocarril, entre la Calzada de los Ausentes, ahora Av. Revolución, y la Alameda. Nadie teníamos zapatos para esta actividad,  ni uniformes, ni otra cosa que no fuera la voluntad de practicar esta disciplina con nuestra indumentaria cotidiana.    
Como a los tres meses de estar practicando, logramos, con muchos peros, concertar un partido, con el “flamante” equipo de Industrias Unidas de Atotonilco,  el día feriado del 5 de febrero de 1951. En atención a que éramos una “bola de mocosos” el juego sería de sesenta minutos, dos tiempos de treinta. Sus uniformes completísimos, para nuestras fachas, hasta ridículos parecían. Antonio Valvaneda, de quien no era santo de su devoción, amenazó con dejar sus zapatos en el campo si remotamente perdían.   
Nos atarragaron tres goles en el primer tiempo. El abuelo, en el descanso reaccionó:
¡Querían partido! ¿Qué pasó? ¡No hay que rendirse! Si nos metieron tres goles ¡Nosotros podemos anotarles los mismos y hasta más! ¡Nomás jueguen como hombrecitos! ¡Así ustedes parecen los remilgosos y no ellos!
Resultó que les volteamos la cuenta con cinco anotaciones, para quedar 5-3.  
El equipo contrario enseguida desapareció, no precisamente por la derrota, sino porqué su compañía cerró por inoperable y por fraude maquinado contra la Nacional Financiera del gobierno federal (ver relato respectivo)
Nuestro triunfo resonó bastante. La segunda del Atotonilco, equiparado con cualquier equipo base de Interzona, se dignó enfrentarnos en un partido, de igual duración, que nos ganó por 3-1; en el que el extremo izquierdo, Javier Oliva Escoto "El Gancho" con dos balonazos en la cara, como defensa derecho, prácticamente me retiró del equipo, porque a mi trabajo como encargado de la tienda mayorista menudista “La Colmena” y otras ocupaciones que tenía, decidí dedicarles el tiempo que destinaba al balompié.   
El club siguió. Al aspirar a la liga local, ya no Interzona, un mecenas, que curiosamente había perdido conmigo un importante lance personal, lo tomó por su cuenta, cambiándole el nombre de Victoria a Independencia. Surgió entonces al mismo nivel el Club Cuauhtémoc, en el que militaron en el mismo puesto mis hermanos José Luis y Ramón. 
El grupo de clubes existentes se desfasó, alternaron sucesivas selecciones, hasta que al presente el Dr. Rafael Ortega y su hermano, manejan bajo el patrocinio del Club Deportivo Guadalajara, Chivas, de Jorge Vergara, un Atotonilco en Tercera División Profesional, en la liga de apertura 2014.

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