Jueves
3 de octubre de1996 Querida Mamá:
Para que estés completamente segura, me
concebiste el domingo 4 de febrero de este terrible año de crisis mexicana
recurrente, a las cuatro de la madrugada, cuando tú y mi papi llegaron muy
amorosos, de la boda de mi primo Carlos, hijo de la tía Laura, tu hermana mayor
y el tío Ernesto.
Este tío, rabo verde, hubiera podido ser mi
padre, pues siempre anduvo tras tus huesos y en la fiesta se te aventó tres
veces: una al llegar al festejo cuando les asignaron mesa, otra cuando tu
hermana pidió que le ayudaras en la entrada a recibir invitados, y la tercera
al acomedirte a ir con tu cuñadito cuarentón a entregarle al capitán de meseros
más botellas de tequila.
Conozco estos datos porque los platicaste a tus
amigas en varias ocasiones, principalmente los miércoles en las reuniones de tu
Club, pues yo a partir del cachondo suceso dominical estuve en posibilidades de
llevar mi Currículum Vitae.
Debes darme a luz, si tu aún un tanto loco
comportamiento no interfiere con la ley de la naturaleza, el jueves 31 del presente,
alrededor de las 7 de la mañana, conforme a la programación de cesárea en el
Hospital El Carmen, a cargo de tu Ginecólogo Nacho Novavida, fecha en que
cumplo justo, más dos días y 3 horas, los 270 de gestación. Tu cuarto será el
104 de la planta baja. Te internarás a las 5, el anestesiólogo será el Dr.
Jacinto Hernández y la Dra. Rebeca Martínez la ayudante. Convence a mi papá que
no entre al quirófano porque sólo complicaría mi arribo a este mundo.
Mi cuna que sea la 4 o la 10 y que te informen de
inmediato cuál de estas dos fue, para evitar molestas confusiones. No quiero
que me pongan la ropa que me regalaron el tío Neto y la tía Laura, ni la del
gerente del banco, que nunca ha dejado de echarte también los perros. Tampoco
quiero, aunque a ti te gustaría darle gusto, el de la vecina latosa del
condominio. Ponme el conjunto azul y blanco marca Baby Dior que me compraste en
Kindermoda.
Si te arrepientes a última hora de amamantarme,
lo que de ninguna manera me parecería bien, haciendo a un lado la tradición
familiar y las recomendaciones de tu costoso curso Psicoprofiláctico, que el
lácteo que sustituya tu leche sea el mejor, específicamente prescrito por el
prestigioso pediatra José Luis Zepeda.
Te voy a relacionar con pelos y señas actos
tuyos que han puesto en riesgo mi desarrollo y supervivencia en los últimos
cinco meses de mi vida prenatal.
1.-El 30 de abril y el 10 de mayo se desvelaron
ustedes dos hasta las 3.12 y 4.32 de la madrugada respectivamente. Además te
tomaste tus copas y, si no es por la advertencia de tu mamá, mi abuelita, te
pones a fumar. Los días del niño y de la madre ya tendremos, Dios mediante,
oportunidades de celebrarlos más apropiadamente a partir del año entrante. En
estos dos, como en otros convivios en casa o fuera, tus incómodos pretendientes
no desaprovecharon pisada para cortejarte, y mi papá Andrés como si nada.
2.-El jueves 13 de junio día de San Antonio, a
las 14.45 horas, por ir correteando retrasada a la comida de los dos Toños del
grupo, chocaste contra un Tsuru verde. Tú tuviste la culpa, sólo que el dueño
se conmovió por tu embarazo, al igual que el agente de tránsito y no hubo
cargos, pero ya te andaba con tu marido y a mí con esto por poco te me quedo en
el camino.
3.-En las vacaciones del primero al siete
julio, todavía me zarandearon en la alberca y en la playa del hotel en Puerto
Vallarta, así como en el lecho cotidiano más de la cuenta. Espero que mis
futuros hermanitos lleguen con menos jaleo que yo.
4.-El, otra vez jueves, 15 de agosto, había que
festejar a las Marías y a ti se te ocurrió acuatar la reunión, en tu casa, con
mi primer Baby Shawer. Tuviste que pasar
por segunda vez una semana de reposo total evitando, de milagro, que yo
irrumpiera escasamente sietemesino a este maltrecho mundo.
5.-Afortunadamente, para mi por supuesto, no
fueron este año a Las Vegas en el puentote de las Fiestas Patrias. Aparte de
ahorrarse unos buenos dólares y cuidarme mejor en casa, el grito debemos
celebrarlo en México, ¡Bonita cosa hubiera sido que yo fuera a darlo
accidentalmente gringo!
6.-Espero que el susodicho 31 del actual, salga
todo normalmente. Como ya tiene escogido mi papá nombrarme Francisco José, este
sonoro y hasta monárquico nombrecito no me disgusta y sí ¡Nemesio! el del santoral.
No quiero que sean mis padrinos de bautizo el tío Neto y tu hermana. Sí ustedes
dos hicieran honor a la regla tradicional, casi ley de nuestros ancestros, mis
padrinos como primogénito serían tus papás. Que el padre Adalberto oficie este
mi primer sacramento el sábado 30 de noviembre, cumpleaños y santo de mi papá,
en la parroquia de la colonia.
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