martes, 29 de julio de 2014

INCIDENTE CASERO

Mi amiga se decidió por fin a salir de vacaciones una semana con la familia de su única hija y le ofrecí revisar su casa por aquello de los ladrones, y cambiarles el agua y la comida a los pajaritos que tenía en una jaula metálica gigante de varios niveles, así como atender de la misma manera a las dos perritas que deambulaban en las áreas del lavadero y la azotea de la finca. Programé hacerlo por la noche el martes, jueves y sábado.  
El chequeo correspondiente al jueves, decidí hacerlo diferente al del martes, en el que en la mesa de la cocina había hecho un tiradero que no me gustó; así que las labores descritas las realicé en el lavadero en el traspatio de la cocina, pero al abrir la puerta del pasillo, que por cierto no cerraba muy bien, las dos perritas salieron a corretear por toda la casa y a meterme luego en un brete  para regresarlas a su lugar.  
La cocina tenía otra puerta al lavadero, de dos hojas, un tanto desvencijada y prácticamente clausurada, que incluso a mi sugerencia se había reforzado con un aldabón metálico de pasador y cadena, y además una tranca transversal de madera.  
El sábado quise asegurarme que las perritas no me repitieran el jueguito del jueves, cerrando más la puerta; pero ya fuera porque con el talón del zapato izquierdo le di un jalón o por la contribución del airecito que estaba haciendo, la puerta de acceso al lavadero se cerró de golpe.  
¡En la madre! Después de auto pendejearme severamente unos segundos, decidí que iba a salir del lío a como diera lugar. Eran pasadas las nueve de la noche. Mi diabetes me mantenía ya a dieta y en una o dos horas podía empezarme a bajar el azúcar por falta de alimento. Aparte de que no me convenía llamarle a algún conocido, que tendría primero que buscar un cerrajero en sábado y a deshora, y que el vecindario se diera cuenta; la solución de todas maneras duraría mucho más tiempo. Aparte, ¡Peor cosa! Mi celular estaba al alcance, ¡pero en mi saco colgado en un mueble de la sala.  
La finca en el centro de la ciudad, en zona de casonas en parte abandonadas por sus dueños, tenía contigua sólo una ocupada, que el propietario, de quien yo no era de los santos de su devoción, pero me guardaba respeto, tenía amurallada su casa, por lo que pedirle auxilio, que era lo último que quería hacer, resultaba difícil y podía perderse mucho tiempo.   
Busqué inútilmente entre los tiliches del lavadero algún duplicado de la llave. Si la puerta a la cocina hubiera sido reforzada con la tranca de madera, ¡doblemente en la madre! No habría esperanzas de abrirla, pero sí, si solamente tenía puesto el aldabón metálico. Le di un fuerte empujón y se movió cosa de nada; insistí y logré una pequeña abertura como de dos o tres centímetros y la esperanza de que no hubiera tranca. Varios intentos después cedió un poco más, pero mi mano izquierda ni siquiera encontraba la cadena que jalaba el pasador del cerrojo.
Encontré el travesaño de madera de una jaula desechada por vieja. En el primer intento de usarla a modo de palillo chino, se deshizo en varios pedazos por lo podrido que estaba. Encontré al cabo de varios minutos otra tablita en mejores condiciones debajo de una caja desvencijada, y reanudé mis intentos por salir de ahí.
Para esto, el par de perritas tan cariñosas y fiesteras conmigo antes, una vez visto que mi objetivo era cosa poco menos que imposible, se largaron a la azotea y me dejaron solo.
En mis rezos suplicaba a Dios y a la Virgen de San Juan de los Lagos que me sacaran de la bronca en que me había metido. Batallé más de dos horas, sin poder arrastrar el pasador al punto de salida o desprendimiento. Traía ya bastante raspados los nudillos de mi mano zurda con algunos hilitos de sangre. De repente sentí que la cadena reculaba más espacio y ¡zas! que oigo el sonidito liberador de la misma. Empujé una de las hojas de la destartalada puerta y ¡gran alivio!  Estaba al fin en la cocina.  

Un vaso con refresco de cola y unos minutos de reposo, para normalizar la glucosa, me facilitaron regresar a mi casa sin novedad.      

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