sábado, 7 de marzo de 2015

¿EXCOMUNIÓN?

En la época que me he venido ocupando, cuarentas y cincuentas del pasado siglo veinte, los bailes de las fiestas patrias septembrinas en Atotonilco eran un acontecimiento muy especial, sobresaliendo desde luego el del 15, ya que en algunos años según en qué días cayeran, llegó a haber hasta en tres fechas, independientemente de la concurrida y gustada botana charra matutina del 14. 
En uno de esos bailes del día 15 con sede oficial en el Centro Social Recreativo Atotonilco, propiedad del señor Benjamín Navarro Hernández, la iglesia tomó muy a pecho su papel y decretó la excomunión a los que asistieran al evento. Los padres Franco y Zermeño se ocuparon  muy en serio de su papel como principales ayudantes de la parroquia, advirtiendo en el púlpito en las misas de varios domingos anteriores acerca de la pena decidida.
Como yo fui, aunque ni bailé por el exceso de vigilancia de mis cuñados, independientemente de que nunca he sido muy bailador que digamos, nos dimos por excomulgados mi ahora esposa y yo, sin creérnosla mucho. Como a los dos meses me mandó llamar el Sr. Cura José de la Torre Rueda, con quien llevé siempre una especial amistad.
-Quihubo hereje, ¿qué animal te picó?
-¿Por qué señor Cura?
-No te he visto comulgar.
-¿No sabe que estoy excomulgado?
-¿Qué, que?
-Pues sí, fui al baile del 15 al Social.
-Y ¿quién te dijo que por eso ibas a estar excomulgado, qué barbaridades hiciste?
-¡Uh! ni siquiera bailamos, a mi novia vino a llevársela uno de mis cuñados, el que usted ya sabe, y si no haber dejado que se saliera con la suya fue pecado suficiente también, agrégueselo al chahuistle que nos mandó. 
-En primer lugar no se excomulga así como así, y yo no soy promotor de ninguna plaga como dices. Lo que los padres quisieron decir fue que suspenderían temporalmente la comunión.
-Pues no lo dijeron así.
-Bueno, bueno, nadie quedó castigado, si acaso a algunos unos días de escarmiento o una penitencia especial por desobedecer, pero ya se que tú eres un alegón. Ven a confesarte y a comulgar como cualquier buen cristiano y sanseacabó. Por lo que respecta al sainete con los hermanos de tu novia, muy sencillo, ya cásate.
-¿Sí, verdad, usted nos va a mantener? No, no se preocupe, pronto lo haremos.
Nuestro matrimonio fue el sábado 19 de agosto de 1961, el primero en Atotonilco por la tarde, 18 horas, y el Sr. Cura de la Torre vino de E.U. convaleciente de una operación de la cadera especialmente a casarnos.

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