lunes, 16 de marzo de 2015

PÉRDIDAS DE TIEMPO

Con frecuencia se pierden tiempo y logros en nuestras actividades por impuntualidad y falta de atingencia con que a veces se manejan las cuestiones de trabajo. Sucede mucho, por ejemplo, en entrevistas de negocios y juntas de diversos tipos. 
Es frecuente llegar tarde o no estar presente la contraparte, así como faltar alguno de los convocados si se trata de reuniones. El que llega tarde a su compromiso, debiera tomarse muy en cuenta, ya lleva una parte perdida de su negocio. No es raro que se cite en diferentes horarios o estos se confundan o bien,  que algún miembro proteste en este sentido para encubrir su impuntualidad.
Presentes las partes y dado por bueno un quórum, muchas veces hay otras anomalías.  Embrollos y disquisiciones ajenos a los temas a tratar, empleo de tiempos valiosos sin aclarar y hasta alejar los puntos de consenso y terminar sin conclusiones, con mayores interrogantes o la pérdida de voluntad y hasta el alejamiento temporal o definitivo de participantes importantes.  
En el análisis de asuntos no faltan asistentes despistados, exhibicionistas o retrasados que repiten y obstaculizan las aportaciones valiosas de los demás. También hay otros que por desconocimiento o terquedad insisten en asuntos ya condensados o no contemplados en el orden del día. 
En cuanto a entrevistas personales, donde la contienda es directa y habrá de cualquier modo un ganador y un perdedor, o cuando menos una ventaja y una desventaja ostensibles, concurren circunstancias, como desatenciones, faltas de tacto, documentos o datos omisos y más grave, desconocimiento de las características importantes de los productos o servicios que se ofrecen. También se suele andar con rodeos o insistencias vanas tratando de defender lo indefendible, o no retirarse a tiempo y con decoro, solicitando otra oportunidad si es del caso.
Hace algún tiempo me tocó presidir la asamblea de una asociación civil que felizmente obtuvo buenos resultados no obstante una mesa directiva un tanto bisoña y una asistencia bastante heterogénea de poco más de 150 socios.
Antes de iniciar la sesión algunos miembros del presidium proponían reducir el apretado orden del día previendo no colgarnos del tiempo programado. Logré que no se hiciera modificación alguna puesto que todos los puntos eran sustanciales al objetivo perseguido. Mediante una estimación de tiempo para cada tema, anotado en la hoja de trabajo, con reloj en frente no visible a los concurrentes, se fueron despachando y desalojando dudas y objeciones con sustento, para llegar a la aprobación conveniente de la agenda.
El borrador de este escrito lo pergeñé en la sala de espera de un organismo descentralizado mientras esperaba el inicio de una plática representando mi actividad empresarial como consejero de la Cámara Nacional de Comercio de Guadalajara. Se me había citado por equívoco media hora antes y el funcionario oficial se retrasó además otra media hora. Una hora, permítaseme decir, que no fue perdida.                

No hay comentarios.:

Publicar un comentario